Esposa de Juan Diego Gómez obtuvo notaría y, tres doritos después, chao Acuerdo de Escazú

(20/02/2022)

Por: Claudia Báez

El actual presidente del Senado tuvo en sus manos el gestionar la aprobación del acuerdo ambiental internacional que daba dientes para el acceso a la información, participación ciudadana y protección de líderes ambientales en Colombia. En su lugar, Juan Diego Gómez por acción u omisión facilitó que se hundiera su trámite en el Congreso. Meses atrás su esposa había sido designada, por el presidente Duque, como notaria interina de Apartadó, Antioquia.

El nombre de Juan Diego Gómez tal vez no te suene mucho. A mí sí: es mi contraparte en una denuncia penal en la Fiscalía que interpuso en contra mía y de mi socia Diana Salinas, dos de las cofundadoras de este medio, por una investigación en la que revelamos sus relaciones inmobiliarias con el testaferro de un narcotraficante, los negocios de su familia y su patrimonio. La llamamos “Sabemos lo que hiciste la legislatura pasada”. 

Esta investigación no le gustó al hoy presidente del Senado, por eso me denunció penalmente, pero no voy a aburrirte con esta historia. Hablemos de Juan Diego, los cargos públicos de su esposa, Elizabeth Zapata Mesa, y su rol en el hundimiento del acuerdo ambiental más ambicioso del continente en el Congreso. La historia va así:

Durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, en marzo de 2018, Colombia quedó de ir a la fiesta ambiental más popular del hemisferio: la ratificación de los Acuerdos de Escazú. Allí se reuniría con sus amigues de Argentina, México, Guyana, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Panamá, Ecuador y otres, pero Colombia no llegó. Iván Duque y Juan Diego Gómez se “encargaron” de que Colombia quedara como una “faltona”.

La ratificación de los Acuerdos de Escazú en el Congreso significaba darle dientes a la ciudadanía para exigir el acceso a la información en asuntos ambientales, permitirle participar en los procesos de toma de decisiones, darle acceso a la justicia y a la defensa de los líderes ambientales. 

Esta última de carácter urgente en un país como Colombia que encabeza la lista del lugar donde más asesinan a líderes que defienden el medioambiente en el mundo, 65 líderes fueron asesinados en 2020. Pero eso a los congresistas poco les importó. En este país el juego político prima por encima de los derechos humanos. 

Y es aquí donde aparecen las llaves. A principios de 2021, la esposa de Juan Diego Gómez, Elizabeth Zapata Mesa, resultó designada por el mismísimo presidente Duque como notaria interina de Apartadó, Antioquia, esto ocurrió el 21 de enero. Tres doritos después, como dicen por ahí, o mejor: medio dorito después, al día siguiente, el 22 de enero, empezó a contar el tiempo para la entrada en vigencia del Acuerdo de Escazú. ¡Vaya, vaya! 

Decreto número 070 del 21 de enero de 2021 en el que se designa a Elizabeth Zapata Mesa, esposas del Juan Diego Gómez, como notaría interina de Apartadó, Antioquia.

El Gobierno Duque había asumido el compromiso internacional de dientes para afuera, pero por dentro no estaba haciendo mucha fuerza para concretarlo, los intereses de los gremios estaban sobre la mesa. Juan Diego era el encargado de agendar el proyecto y darle trámite en el Congreso, y no solo no lo hizo a tiempo sino que además, como lo contó Cuestión Pública, fue uno de los firmantes de la ponencia negativa que pedía que la ratificación del Acuerdo no continuara con su trámite. 

Juan Diego Gómez es un congresista poco farandulero, pero un gamonal regional de peso en Antioquia. Antes de ser el presidente del Senado, fue presidente de la Comisión Segunda de esa corporación, que se encarga de la política exterior y asuntos internacionales. Como presidente de la Comisión el rol de Gómez era agendar el orden del día; es decir, darle trámite a los proyectos que por allí pasaban (incluyendo la ratificación del Acuerdo).

La ratificación de los Acuerdos de Escazú entraba en su resorte y Juan Diego dilató por 11 meses la discusión en los debates de Comisión. Finalmente, a último minuto y “a lo maldita sea”, con un mensaje de urgencia que venía de presidencia guiño, guiño, Juan Diego propuso discutir el Acuerdo faltando tres días para el final de la legislatura 2021. 

Congresistas, como Juan Carlos Losada, denunciaron que el senador Gómez les negó la palabra a los representantes a la Cámara que querían agendar el trámite legislativo que le faltaba al proyecto.

El desenlace lo conocemos: el proyecto se hundió y terminó archivado por no cumplir con los debates necesarios antes del final de la legislatura, el 20 de julio. El Gobierno de Iván Duque no llamó a sesiones extras al Congreso y no hizo absolutamente nada para evitar que se hundiera.

Al parecer, al presidente Duque la agenda ambiental solo le interesa cuando da millas de viajero frecuente para visitar a Europa, como ocurrió cuando estuvo en Glasgow, Escocia, para asistir a la cumbre mundial del clima organizada por Naciones Unidas en noviembre del año pasado. A esa cumbre, Duque asistió con toda su familia y una extensa comitiva, que fue muy criticada. 

Juan Diego Gómez, como presidente del Senado, también estuvo en Glasgow. Él se paseaba cual dandy inglés por la cumbre y en sus redes sociales publicaba mensajes sentidos sobre el cambio climático: “es nuestra última oportunidad de salvar el planeta” escribió desde Escocia. 

Por detrás, Juan Diego ya había participado en la estocada final, en la espalda, al acuerdo con mayor alcance en materia ambiental del continente. Un acuerdo necesario, que podría salvar las vidas de los líderes ambientales en Colombia, como la de Gonzalo Cardona, el guardián de los loros, desaparecido y asesinado en enero de 2021, días antes de que el presidente Duque designara a Elizabeth Zapata como notaria.

Después de cumplir casi 12 años en el Congreso, Juan Diego Gómez decidió que ya estuvo bueno de faenas legislativas y no se lanzó para las elecciones al Senado en 2022. Al parecer sus ojos y su deseo se dirigen a la Gobernación de Antioquia. Seguramente veremos al incoherente Juan Diego, “abanderado” de la protección al medio ambiente, en campaña electoral en 2023.

Y por si las dudas, solo quisiera aclarar que esta es una columna de opinión, que presenta mis interpretaciones de los hechos. Una nunca sabe. No vaya a ser el diablo.

El senador Gómez me dijo que contestaría las preguntas que le hice vía WhatsApp, cuando lo haga las incluiré en esta columna.

Adenda: Antes de que asumiera el cargo de notaria interina de Apartadó, Elizabeth Zapata Mesa, esposa del senador, fue secretaria general de la empresa Valor +, una entidad público-privada, envuelta en una serie de presuntas irregularidades en la contratación para pagar favores políticos, de acuerdo con una investigación publicada por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares). El accionista mayoritario de  Valor + S.A.S  es el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (IDEA), una entidad departamental pública de Antioquia. De acuerdo con Pares, la designación de Elizabeth Zapata “(…) pareciera una simple relación burocrática de Jiménez con Valor +”.

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