49 años
El 18 de julio de 2020 fue asesinada a tiros por un hombre no identificado. Los hechos ocurrieron en el barrio Betania en Santander de Quilichao, Cauca. Luz Argelia Guevara, madre de Lida, falleció de un infarto ese mismo día a raíz de la noticia de su feminicidio.
Fuentes: Q’Hubo Cali y Meridiano Regional.
En el centro de Santander de Quilichao los compradores de la Lotería Chontico extrañan a Lida Acevedo, una vendedora de ‘chance’ que recibía a sus clientes con una sonrisa y un consejo para escoger la cifra ganadora. Sus ojos almendrados, oscurecidos por el rimel y la sapiencia de la edad, se posaban sobre los transeúntes que paraban en su tienda buscando cazar la suerte con cifras reveladas en sueños. A todos los atendía amablemente.
Por eso, cuando segaron su vida, nadie pudo imaginar que la mujer que profetizaba resultados en los tablones y se reía con los posibles millonarios del mañana, había vendido por última vez una boleta de lotería.
Con esos mismos ojos felices, que vieron ir y venir a una generación de soñadores con la riqueza, la recuerda su hermana Viviana:
“Lidita fue un ejemplo de mujer, guerrera, valiente y una persona con muchos valores. Cuando tenía aproximadamente 29 años se fue a Santander de Quilichao porque en Armenia, donde vivíamos, no había muchas opciones de trabajo. Mi hermanita no había estudiado el bachillerato, por lo que no podía aspirar a un trabajo bien pagado.
Allí empezó a trabajar vendiendo productos en catálogo de revistas, luego fue vendedora en un almacén y después pasó a la lotería de Chontico, donde le iba muy bien porque era muy amable y se ganaba los clientes a punta de sonrisas y consejos para la buena suerte. Muchos de ellos le daban propinas, la visitaban en el negocio y la querían muchísimo.
En ese pueblo tuvo a su primera hija, que ahora tiene 19 años, con un amor que desgraciadamente no prosperó en un hogar. Al verla sola, mis hermanos y mi mamá le dijeron que se devolviera a Armenia, pero ella no quiso porque le tenía cariño al pueblo y ya tenía un trabajo estable. Con la lotería sacó adelante a sus dos hijas, la menor tiene 8 años.
Lida era una mujer muy entregada a su familia y siempre estaba pendiente de nuestro bienestar: a diario nos llamaba a mis hermanos, a mi mamá y a mí; o nos mandaba mensajes para saber cómo estábamos. Yo vivo en Armenia y Lidita venía a visitarme dos o tres veces al año, porque ella era una mamá soltera y la economía no le daba para estar viajando, pero hablábamos seguido y antes de colgar las llamadas siempre me decía que me quería.
No era necesario pedirle que viniera a mi casa cuando yo estaba enferma, porque bastaba con contarle por teléfono que me sentía mal para que ella llegara al día siguiente, lista para aliviarme a punta de remedios y buena compañía. Más que mi hermana mayor, ella era mi otra mamá.
Recuerdo que hace 13 años tuve un trauma craneoencefálico a raíz de un accidente que tuve en carretera viajando con mi exesposo. Lidita me cuidó en el hospital durante 20 días seguidos, en el horario de visita diurno, y mi mamita se quedaba conmigo de noche. Las dos se turnaban para cuidarme en la clínica y mi hermanita me bañaba. Recuerdo que una de las primeras veces que pude levantarme por mi cuenta, fui al baño porque quería verme al espejo. Mi propia imagen me asustó, pero mi hermanita me abrazó y eso me dio la fuerza para sentir que mi apariencia era temporal y que todo iba a estar bien si las tenía a ellas. Yo era la mimada de mi hermana y mi mamá, las dos me querían mucho y eran mis protectoras.
Cuando mi hermanita fue asesinada, mi mamá no soportó la noticia y también falleció. Aún no supero la ausencia de ambas y quiero que las recuerden como las mujeres trabajadoras, alegres y entregadas que fueron”.
Sandra Viviana Acevedo Guevara, 43 años, hermana.
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Durante su adolescencia, a Lida le gustaba llevar el cabello corto. Era una muchacha trigueña de sonrisa incontenible que a veces hacía rabiar a su mamá con su constante afán por la recocha. Así la recuerda su hermana Martha:
“Lidita era irreverente. Mi mamá la regañaba mucho porque cuando llegaba a la casa silbaba en lugar de tocar la puerta. Mi mamá salía furiosa y le decía que parecía un hombre.
Nosotros en la casa éramos muchos: cuatro hermanos varones, tres mujeres y mamá y papá. Éramos una familia tan paisa que en las noches se comía frijoles y en las mañanas el desayuno era calentado con arepa. Los fines de semana los hermanos mayores se reunían con nosotras, incluida Lidita, y pasábamos el aburrimiento haciendo apuestas. Lidita nos mostraba siempre el puño cerrado y nos decía: “Si adivinan cuánto dinero tengo acá, les regalo todo este montón de monedas” y así empezábamos a jugar hasta tarde.
Éramos muy unidos. Mi niño cumplió 6 años en diciembre de 2019 y fuimos en familia a un parque temático que se llama Brisas de los Lagos, que queda en Buga. Lidita y mi mamá vinieron y ese día lo pasamos espectacular porque almorzamos, nos reímos mucho y mi hermana Lida bailó mucho salsa. Las dos canciones que más le gustaban eran ‘Un verano en Nueva York’ y ‘Tania’, de Joe Arroyo. Ambas las tarareaba y las bailaba muy bien. Ese fue el último paseo en familia.
El 31 de diciembre de ese año también lo pasamos bailando, conversando e hicimos un brindis. Ese día nos prometimos que el 2020 iba a ser un mejor año para todos. Desafortunadamente, no fue así, porque ahora nos toca celebrar sin ellas.
A mi mamá y a mi hermana las llevo en mi corazón. De ellas recordaré su buen ánimo y su fortaleza para enfrentar las pruebas de la vida.”
Martha Liliana Acevedo Guevara, 43 años, hermana.
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“A mi madre y mi hermana: Hoy, cuando están cumpliendo 21 meses de haber partido al lado de Dios, lo único que tengo para decirles es que aunque mi alma siente el dolor del primer día, las extraño y las amo inmensamente. Este tiempo ha sido el más difícil de mi vida y solo la ayuda de Dios y la esperanza de volvernos a ver algún día me mantiene de pie. Las ama, Martha Liliana.”
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Según Sandra Viviana, la investigación por la muerte de Lida Acevedo se encuentra en la Fiscalía Quinta Seccional del Cauca. Un año y nueve meses después de su feminicidio, la familia asegura que no ha recibido noticias sobre los avances en la indagación.
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