27 años
Fue asesinada, el 10 de mayo de 2020, con un impacto de bala en el pecho. Su padrastro le disparó cuando intentó evitar el feminicidio de su madre, Lida Mónica Rincón Tumal. Los hechos ocurrieron en el barrio La Esmeralda de Mocoa, Putumayo.
Fuente: RCN Radio y Cerosetenta.
Nelsy y Ana Cristina, dos adolescentes que viven en Pasto, bañan y perfuman a ‘Carlitos’, su primo. Con tres años, es el menor de la familia Rincón. Es 1997 y al niño le gusta que le pongan vestidos de colores, que jueguen con su cabello ondulado y le calcen unas sandalias bonitas. Cuando ellas lo visten como él quiere, corre por la casa de sus primas, da vueltas con su faldón y se siente como la más bonita de las niñas. Sin embargo, cuando le devuelven sus pantaloncitos de niño, se entristece y empieza a llorar.
Por episodios como este, cuando ‘Carlitos’ decidió que quería ser una mujer a los 13 años casi nadie de su familia se sorprendió. Al cumplir la mayoría de edad se cambió el nombre a Luiza. Su tía, Lorena Rincón, la vio crecer y supo desde siempre que su sobrina era una criatura llena de orgullo y amor propio:
“Ella nunca ocultó quién era, a pesar de que en la infancia le decíamos ‘Carlitos’ porque no sabíamos que quería ser una mujer. En la adolescencia era una jovencita alegre que jugaba con otras chicas de su edad y le llovían las amistades.
Siempre me gustó esa capacidad que ella tenía de defender a capa y espada su verdadera identidad, porque caminaba como una dama, segura de sí misma y, si alguien hacía algún comentario imprudente sobre ella, procuraba no prestarle atención. Pero a pesar de que era tan segura, hubo un tiempo en el que estuvo muy desmotivada con sus estudios porque en el colegio había muchachos que se burlaban de sus gustos y sus maneras.
Fue tan duro que ella se retiró de estudiar. Un día le dije: “De vaga no te quedas” y la impulsé a terminar su bachillerato en un instituto por ciclos (en el que se cursan los años académicos de forma acelerada). Allí se estrelló varias veces con el amor porque había hombres que le decían de todo para conquistarla, pero se alejaban cuando se daban cuenta de que era una chica trans. Aunque esos rechazos le causaron mucho dolor, al final de cada crisis se peinaba el cabello, se ondulaba cuidadosamente las pestañas y buscaba la ropa más bonita para salir con sus amigos a bailar porque, eso sí, ella era muy rumbera.
Antes de irse yo le decía: “Mírate, ¡cómo te vas de linda!”, porque yo admiraba mucho su belleza. Era alta, esbelta y tenía un rostro muy bonito. Su abuela, que siempre aceptó su cambio, le decía lo mismo: “¡Qué hermosa eres!” y Luiza sonreía. Era una jovencita alegre que, a pesar de las dificultades, se sentía una mujer completa, plena”.
Lorena Rincón Tumal, 36 años, tía.
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A principios de 2020, Luiza se sentía satisfecha consigo misma. Iba en segundo semestre de Derecho en la Universidad Unicervantes de Mocoa, estaba enamorada y la rodeaban personas que la querían mucho. Su novio, David Tez, a quien conoció en 2016, le ayudó a sanar a punta de besos las heridas de otros amores fallidos que no la aceptaron completamente. Así la recuerda él:
“Luiza era una mujer muy bonita, nunca pasaba desapercibida. Además de su belleza era muy tierna y eso me flechó. Recuerdo que tenía un aura que hacía que todas las personas quisieran hablar con ella. Hasta los animalitos se le acercaban y ella era muy cariñosa con ellos. En 2016 comenzamos a hablar por Facebook, resultó que ambos compartíamos un amor grande por los gatos. Ella vivía con Mia y Perla, sus bebés felinas, y yo con Amisha.
Dos años después nos hicimos pareja porque su apoyo incondicional y su amor me hicieron dejar a un lado todos los prejuicios. Ella me acompañó en un momento muy difícil de mi vida, cuando me fui a vivir a Medellín hace un par de años. Yo quería empezar otra carrera y la situación con mi familia era muy difícil. Luiza estuvo muy pendiente de mí, nunca me dejó solo, ella era muy protectora. Me visitó un tiempo, comenzamos a salir, a comer juntos, a ir al cine… Eso me ayudó tanto que sin darme cuenta me aferré a ella.
Luiza amaba mucho a sus seres queridos, pero a quien adoraba sobre todas las cosas era a su hermano menor. Quería salir adelante por él y por eso decidió comenzar su carrera universitaria en agosto de 2019. Era muy responsable y se esforzaba mucho por hacer las cosas bien, tener buenas notas y ayudar a su mamá, que en ese momento seguía trabajando como docente en Mocoa. A pesar de eso, siempre tenía tiempo para divertirse y salir con sus amigos. Todos los que la conocimos la recordaremos así, como una mujer espontánea que sabía celebrar la vida.
Hoy yo cuido a nuestros gatos y pienso frecuentemente en ella”.
David Tez, 29 años, pareja.
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Según Lorena Rincón Tumal, la investigación por el feminicidio de Luiza y su mamá Mónica fue cerrada el 22 de octubre de 2020 a través de una audiencia de preclusión citada por el Juzgado Tercero Penal del Circuito Transitorio de Mocoa, Putumayo. Ese día, el fiscal aseguró que no había más que indagar teniendo en cuenta que el feminicida se quitó la vida en la escena del crimen frente a varios testigos.
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