28 años

Geraldine Mensa Navia

El 4 de agosto de 2020 fue asesinada a tiros junto a Álvaro Mensa, su padre, por dos hombres armados que irrumpieron en su vivienda ubicada en el corregimiento La Laguna, Huila. Su padre era un líder comunitario de la zona.

Fuentes: La Voz de la Región, El Espectador y Radio Nacional de Colombia.

La 10 de la familia

Son las nueve de la mañana. El frío de la capital colombiana aún no termina de dar paso al sol que se asoma entre las montañas. Como todos los domingos, al Parque El Tunal llegan vendedores ambulantes, ciudadanos que se ejercitan con frecuencia, niños que asisten a las diferentes escuelas de deportes y hay quienes se cuelan entre los muros de la biblioteca Gabriel García Márquez.

En medio del extenso campo de césped, un grupo de diez niñas, entre los 14 y 19 años, se forman en un círculo y comienzan a hacer movimientos con su cuerpo para entrar en calor: tenían un partido de fútbol que disputar. Geraldine Mensa Navia es la encargada de liderar el ‘picadito’. Propone los ejercicios de calentamiento y, antes de poner a rodar la pelota, divide a sus compañeras en dos equipos. Da la señal y el juego empieza. Después de unas maniobras con el balón, anota un gol. Es el primero del encuentro y se sumó a los cientos que anotó a lo largo de su vida.

Así, como la mejor goleadora, la recuerda Johanna, su hermana:

“Quizás el gusto de Geraldine por el fútbol nació desde que jugábamos con mi papá cuando éramos pequeñas. Ella era demasiado buena jugando, tanto así que fue la capitana de un equipo de Bogotá que se llamaba Las Rompevallas. Su posición era delantera derecha, desde ahí hacía la mayoría de los goles.

Cuando viví con ella en Bogotá jugábamos fútbol todos los domingos, yo siempre iba en el mismo equipo de ella, tapando la portería. Cuando estuvo en La Laguna, Huila, durante la pandemia, también jugó un campeonato en Pitalito, pero no lo finalizó.

La ‘Mona’, como le decíamos, también era amante de las motocicletas. Mis hermanas y yo aprendimos a conducirlas desde muy jóvenes para poder desplazarnos entre La Laguna y Pitalito. A ella le gustaba viajar en ese vehículo desde Bogotá, que era donde vivía desde que tenía 14 años.

En la capital trabajaba como confeccionista en una de las empresas de mi tío. Con ese trabajo ella ayudaba a mis papás mensualmente con el mercado y pagaba sus estudios. Iba en cuarto semestre de Administración de Empresas en la Universidad Nacional.

Geraldine solía venir al pueblo cada diciembre y a nosotros, sus cuatro hermanos, nos traía regalos. Aprovechábamos para estar juntos en familia, jugábamos parqués, dominó, íbamos a recoger café y maíz, o viajábamos hasta el río. También nos visitaba en los cumpleaños de mi padre. Él era su adoración.

Ella era la más fiestera de nosotros. Siempre ponía el ambiente. Si había torta, nos untaba la cara. También le gustaba hacernos cosquillas, sobre todo a mi papá, porque como era tan serio, le gustaba hacerlo reír.

Uno de sus sueños más grandes era convertirse en DJ, practicaba con mezcladoras y tornamesas e incluso tomó un curso en Bogotá, pero nunca trabajó en ello. También quería tener su propia empresa de confección, como mi papá.

Para mí ella era como mi segunda mamá. Las dos éramos bastante unidas. Viví tres años en Bogotá con ella, viajamos a México, me pagó mis estudios desde noveno hasta once de bachillerato y me celebró mis 15 años.

Ella soñaba con conocer a mi hija, quien nació un día antes de que ella y mi papá fueran asesinados. La recordaré por ser una guerrera, porque luchó por la vida de mi papá hasta el final”.

Johanna Mensa Navia, 23 años, hermana.

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Carta de Fanny Navia, mamá

“Hija, dueña de mi corazón, eras una hija maravillosa. Amaba esos momentos en los cuales me hacías reír. Nunca olvidaré el instante en el que me hiciste madre, sentía que no podía con tanta emoción al tenerte en mi vientre y escuchar tu corazón latir; eso para mí era una gran alegría. Verte crecer, reír y llorar fue lo mejor del mundo. Me siento orgullosa de haber tenido una mujer tan valiente a mi lado. Siento que mi vida se derrumba sin tu presencia, hija de mi vida. Siempre me he preguntado por qué te fuiste sin mí, pero es algo que nunca entenderé, hija.

Por favor, cuídame desde el cielo. Haz que cuando sea mi turno, nos encontremos y estemos para siempre juntas, porque mi mayor deseo es volverte a abrazar y decirte lo mucho que te amo. Cuida a tu papi en el cielo. No existen palabras para decir todo lo que siento por ti, hija de mi vida. Te amo mucho y sé que desde el cielo me das esas fuerzas necesarias para seguir adelante, porque eres ese hermoso ángel que necesitaba. Hija, un beso y un te amo hasta el cielo”.

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Carta de Johanna, hermana:

“Hermana, mejor amiga, mi guerrera, siempre le doy gracias a Dios por poner una persona tan maravillosa y especial en mi vida. Sé que estas palabras no valen nada, pero siempre te dije esto cuando estabas a mi lado. Eras una gran mujer y un ser maravilloso que llegó a mi vida para darle color a mis días grises, de ti aprendí demasiadas cosas: principios y valores. Me enseñaste a ser la persona que soy. Me siento orgullosa de haber tenido una hermosa hermana como tú.

Siempre te llevaré en mi corazón, nunca olvidaremos todo lo que hiciste por nuestro hogar y por dar la vida por mi padre. Eras inalcanzable, maravillosa, respetuosa, amable, servicial, trabajadora, estudiosa y, por último, eras esa mujer que nunca se dejaba vencer fácilmente. Quiero decirte que te amo, que te adoro y que sé que desde el cielo nos cuidas. Te amo, mi guerrera”.

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Carta de Angie Mensa, hermana:

“Mi niña, eras una mujer llena de metas y sueños por realizar. Fuiste una excelente hija y hermana. Te gustaba mucho ayudar a las personas, primordialmente nosotros, tu familia. Te recordaré siempre como una mujer alegre, trabajadora y luchadora, que de nada ni nadie se dejaba vencer y que siempre quiso ser feliz.

Siempre seguirás siendo la mejor hermana, amiga y consejera. A pesar de que ya no estás conmigo, siempre estarás en mi corazón. Te agradezco muchísimo por demostrar lo valiente que fuiste al morir al lado del hombre de mi vida, mi padre. Te extraño y te amaré siempre, mi niña hermosa.”

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La investigación por el doble homicidio, cuyos detalles están ocultos a consulta pública, reposa en el Juzgado 002 Promiscuo Municipal de Campoalegre, Huila, según registros de la página web de la Rama Judicial.

Cuestión Pública Feminista rinde homenaje a Geraldine, que fue asesinada defendiendo la vida de Álvaro Mensa Peña, su padre.

*Si tienes una historia para Ya no estoy aquí contáctanos al correo: yanoestoyaqui.cuestionpublica@gmail.com