Luz Amparo Acevedo Gelvez

Desapareció junto a su hijo la tarde del 6 de julio de 2020. Tres días después, el 9 de julio, sus cuerpos aparecieron con varios impactos de bala en una trocha del municipio de Puerto Santander, en Norte de Santander.

Fuentes: La Opinión y Caracol Radio.

Sazón de alegría

Era el medio día. El bochorno se asentó en la pequeña cocina de la familia Acevedo Gelvez. Dentro del hogar reinaba un olor exquisito, un aroma que indicaba que Luz Amparo estaba al mando del fogón: preparaba sopa de gallina criolla. La yuca, el arroz y la infaltable ensalada eran los fieles acompañantes de su plato predilecto. Danzaba entre las vasijas y ollas para terminar el almuerzo que su familia esperaba con ansias.

Amparo era la reina en la cocina. Todos los días lideraba la preparación del arroz mixto que vendía junto a su hijo menor. Juntos atravesaban en moto varios municipios de la zona limítrofe de Puerto Santander, municipio en el que hay presencia de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y bandas criminales como Los Rastrojos.

La sazón y la alegría eran dos características inherentes a la personalidad de Amparo, así lo recuerda Lorena Casallas, una amiga cercana:

“Amparo había hecho un curso de gastronomía. Era la encargada de preparar las comidas en su casa. Siempre tenía recetas nuevas y decía entusiasmada a su mamá: “Mami, le voy a preparar una lasaña; mami, le voy a hacer un pollo al horno; mami, le voy a cocinar un pescado al vapor”. Eso sí, en sus platos no podía faltar las ensaladas: tomate, lechuga, cebolla, zanahoria, repollo, pepino y una pizquita de sal y limón. Diariamente se lucía en la cocina. Ella me enseñó a cocinar, me explicó cómo se prepara el pistacho de maduro y el arroz con leche.

Al ser mayor que yo, Amparo me decía que me veía como una hija. Las dos éramos muy unidas, confidentes. Ella me contaba lo que le pasaba, yo la maquillaba, la peinaba y salíamos a bailar juntas. A ella le gustaba tomar cerveza mientras escuchaba vallenato. Recuerdo que le gustaba mucho la canción de Patricia Teherán que se llama “Me cansé de usted”.

Siempre estaba alegre, casi nunca la veía triste. Cada vez que veía a alguien cabizbajo o aburrido, ella le decía: “No se mate la cabeza. La vida es una sola, se debe aprovechar al máximo”. Desde su muerte la hemos echado de menos en diciembre porque era la que decoraba la calle y el parque donde se hacía el pesebre. Siempre la buscaban por lo creativa que era.

Amparo soñaba con tener mucho dinero para remodelar su casa por completo, tener una cocina integral y un bonito porche. Quería ayudar a su mamá y salir adelante”.

Lorena Casallas, 35 años.