Meiby Beatriz Suescun Torres

Asesinada de tres disparos en el pecho y el cuello, en la invasión 6 de Enero. Los hechos sucedieron el 14 de abril del 2020, en Norte de Santander, Cúcuta.

Fuente: La Opinión y El Observatorio de Feminicidios

Meiby: “Sea como sea yo me la rebusco”

“¡Pito, ta’ bien bacano!”, gritó Meiby. Había sacado la cara por la ventana del carro que apenas arrancaba rumbo a Bogotá. Yo me quedé mirándola: el sol de Cúcuta, la ciudad en la que vivimos, le caía en el rostro. Sentía el viento con los ojos cerrados. Fuimos a alentar al equipo, ¿si me entiende?, ella era de la barra y consiguió las boletas de los cinco que íbamos en ese viaje, los del parche de Villa del Rosario. Esa china lo acompañaba a uno a dar lora a donde fuéramos, era frentera con uno ahí. Lo único que hacía la Meiby era vivir por la camiseta y trabajar por sus hijos acá en la plaza de mercado. Yo era un chinche cuando la conocí. Recuerdo que me impactó porque era una pelada original, no era doble. Si ella decía: ‘somos hermanos’, eso significaba que éramos h-e-r-m-a-n-o-s. Era responsable, me llegaba al trabajo y me caía de una: “Pito, colabóreme aquí con una rifita que usted sabe que es para comidita de mis niños”. Ella era siempre: los hijos, los hijos, los hijos. “Sea como sea yo me la rebusco”, decía. Por eso cuando supe que la habían matado me dio tristeza porque lo primero que se me vino a la mente fueron sus hijos.

— ¿Cuántos hijos tenía? — preguntó la periodista.

— Pues, como que eran dos — respondió Álvaro.

— ¿Menores de edad? — repreguntó.

— Sí, obvio. — dijo él.

Cuando matan a un parcero, uno pregunta: ¿qué pasó ahí?, pero me respondieron: “No, Pito, eso fue tema de la china; eso fue con un combo aparte”. No se sabe si le cargaban hambre o envidia. No se sabe qué haya sido, si fue un robo. Queríamos averiguar porque a los de la vieja guardia nos dolió, dijimos: “bueno vamos a hacer algo”. Pero no, porque era algo alejado de las barras, entonces mejor dejar eso quieto. La china hasta nos hizo la comida en ese viaje… Usted sabe, son cosas que hace una mujer y nos llegó así ¡pummm! al corazón. La Meiby probó finura en todo, una guerrera. Quizá no sea el indicado para hablar de ella, porque yo no lidero el parche de Atalaya. Pero sí conocí mucho a Meiby, porque Villa del Rosario y Atalaya son parches hermanos. Me la pasaba rumba pa’ quí, rumba pa’ allá y ahí me la encontraba. Ella es de esas amistades que a uno no se le olvidan y las tiene ahí en el corazón.

Álvaro Blanco, 33 años, amigo.