54 años

Rosalía Álvarez Monsalve

El 1 de junio de 2020 su cuerpo fue encontrado en su casa del barrio Patio Bonito Alto en Armenia (Quindío), con heridas por arma blanca.

Fuentes: La Crónica del Quindío, El Quindiano, Colombian y 180 grados Quindío.

Una madre alegre, fuerte y autónoma

Rosalía vivía en una casa grande del barrio Patio Bonito Alto, al sur de Armenia. La edificación tenía veintidós habitaciones y, con mucho esfuerzo, ella tumbó la estructura de palo y barro para solidificarla con cemento y ladrillo. Todas las mañanas encendía el televisor que estaba en la sala para sintonizar la telenovela que nunca se perdía. Iba a la cocina y cortaba los vegetales con los que alimentaba a Manchas, su mascota minipig (mini cerdo) negro con patas blancas; y luego, sobre la barra, ponía el pescado o la carne —que prefería comprar frescos en los pueblos—, los adobaba con sal, ajo, cebolla y tomate. De tanto en tanto, a hurtadillas volvía a la pantalla en la que sucedían los dramas que tanto entretenían.

Le gustaba hacer viajes largos y solitarios en autobús. Fue a Cartagena, Santa Marta, Bucaramanga y Medellín. La segunda de sus hijas, Ana Mile, recuerda a Rosalía como una mujer que buscaba ayudar a otras personas, muy trabajadora y que cuidaba con celo su independencia:

“Mi madre fue bastante alegre y de un corazón muy joven. Era muy echada pa’ delante como las mujeres de Antioquia; se le medía a todo, incluso a los trabajos más difíciles y hostiles. Ejerció oficios como ayudante de construcción y de carpintería, pintaba y reparaba muebles. En el primer piso de su casa ella tenía un amplio taller con dos bancos de madera sobre los que se sentaba a trabajar, recuerdo que tenía muchas máquinas como compresores y una sierra eléctrica. Allí construyó sillas, puertas y camas, pero luego se enfocó en la tapicería. Pocas veces escuchaba música mientras trabajaba, pero bebía café todo el tiempo.

Amaba los caballos. Para ella era ley ir cada año al Parque del Café con sus nietos y allí aprovechaba para dar un paseo a caballo. Era muy buena jinete y mientras montaba, su cabello semi ondulado y fino, que le llegaba a media espalda, se movía por la brisa. En aquellos momentos ella no cesaba de sonreír, se sentía libre, valiente.

También amó mucho a Manchas, su mascota. Mi mamá decía que era su bebé y lo mimaba como si lo fuera. En su cuarto tenía una cama solo para él, cobijas, toallas y un tetero. Lo bañaba con agua tibia y le enviaba a mis hermanos videos en los que lo paraba en dos patas. Ella lo sacaba en la mañana y en la noche, le ponía un collar y lo paseaba por el barrio. Quiso tanto a Manchas que, cuando recién se lo compró a un amigo suyo, me llamó por teléfono y me dijo “le voy a presentar su hermanito”.

Quisiera que a mi mamá la recordaran por su alegría, pujanza y berraquera. Para mí fue y será siempre la mejor mamá. Yo le dije a ella hace tiempo que, si me tocaba morir y volver a nacer, esperaba que ella fuese de nuevo mi mamá”.

Ana Mile Álvarez Monsalve, 37 años, hija.

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Carta de Ana Mile

“Madre, han pasado 19 meses desde tu partida. Las cosas no han sido fáciles, dejaste un espacio vacío que con el paso de los días no se llena, te recordamos todo el tiempo y la tristeza por tu ausencia aumenta en las fechas especiales. Dicen que el tiempo cura todo, hasta las heridas más profundas, pero ¿cómo curar la pena que se siente en una casa que ya no está llena con tu presencia? Las visitas no son iguales. En un espacio en el que antes había risas, ahora reina el silencio y preguntas que hasta el día de hoy no tienen respuestas. Madre, donde quiera que estés, ayúdanos a que tu muerte no sea un número más del extenso archivo de casos sin resolver. Mamá, no moriste, solo cambiaste de lugar, ahora vives en nuestros recuerdos y en el corazón de quienes te amamos eternamente”.

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Carta de Sandra Pareja Álvarez

“Querida mami: Para mí es mucho más difícil este dolor, cada día vuelvo a casa con la ilusión de encontrarte, pero no estás. Se me encharcan los ojos tras cada golpe de la realidad. Mi reina, me hace mucha falta escuchar tu risa y verte disfrutar de la vida como solías hacerlo. Aquí ya nada es igual, solo se siente el silencio, el vacío y la soledad. Tus hijos y nietos te extrañamos mucho. Las navidades ahora son muy tristes, ya no hay motivos para celebrar. Deseo que quien te arrebató la vida y cortó tus alas y sueños pague, deseo que se haga justicia… Te amo, mi reina. Eres y serás mi amor bonito”.

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Según Ana Mile, la investigación por el asesinato de Rosalía Álvarez Monsalve se encuentra en la Fiscalía 15 Seccional de Armenia. El 13 de diciembre de 2021, el investigador asignado al caso le dijo que no había información nueva sobre la indagación. Se desconoce quién fue el responsable de los hechos.

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