39 años

Zurisaday Varela Cárdenas

Fue asesinada a tiros el 4 de julio de 2020, cuando desconocidos armados ingresaron a la vivienda donde se encontraba celebrando con amigos. Los hechos ocurrieron en el barrio Omar Torrijos de Roldanillo, Valle del Cauca.

Fuentes: El País, La voz de los Robles y Cerosetenta.

Una mano amiga

El 26 de junio de 2020, ocho días antes de su último festejo en la casa de unos amigos, Zurisaday Varela Cárdenas publicó en su cuenta personal de Facebook el siguiente anuncio: “Con el fin ayudar a tres madres cabeza de familia para el sustento de sus casas e hijos en estos días difíciles, estamos vendiendo pulpa de guanábana a dos mil pesitos”. Por esos días la pandemia de Covid-19 había llegado a los hogares de Roldanillo y las medidas sanitarias tenían en vilo a tres madres que ella conocía, por eso, como solía hacer con otras personas del municipio, decidió ayudarlas.

Según Lusmila Gómez Lapuente, una amiga de la familia Varela Cárdenas, ser solidaria con otros era una característica inherente de Zurisaday. Así la recuerda:

“Yo digo que soy su tía postiza, porque la conocía desde cuando ella era pequeña. Su madre cuidaba a mi hijo y ahí nos hicimos muy amigas. Por esa cercanía yo decía que Zurisaday era mi sobrina y ella decía que yo era su tía.

Mi pelirroja era más bien introvertida y muy inteligente. Yo le decía así porque nació con un cabello cobrizo muy bello. Siempre que la veía, pensaba: “Va a llegar lejos” y no me equivoqué porque a lo largo de su vida fue generosa con muchas personas y viajó mucho.

Le encantaba ayudar a la gente, especialmente a otros inmigrantes provenientes de Venezuela, como ella, que era oriunda de Puerto La Cruz, una ciudad ubicada en el Estado Anzoátegui. Llegó a Roldanillo más o menos en 2003 y desde el comienzo trabajó en varios sectores: vendiendo mercancía que traía del exterior, laborando en una casa de cambios y, recientemente, en el alquiler de habitaciones.

Lo que le daba más satisfacción era servir a otros. Por ejemplo, en diciembre de 2019 me contó que estaba recogiendo regalos y ropa para los niños más necesitados en navidad. También, cuando veía que alguien nuevo llegaba a Roldanillo y no encontraba trabajo, se ofrecía a ayudarlo sin conocerlo de nada. Varias veces supe de rifas y colectas de dinero que ella hacía para ayudar a la gente vulnerable, les daba mercados y siempre tendía una mano amiga al que llegaba a su casa. Zurisaday no era xenófoba, racista ni homofóbica, todo lo contrario, incluso sé que apoyaba los procesos de una organización LGBTIQ+.

Cuidaba tanto de los vivos como de los difuntos. Cada lunes iba al cementerio de Roldanillo a buscar la tumba que estuviera más abandonada, la mandaba a limpiar y le ponía flores frescas. Así mismo, se preocupaba mucho por su familia y procuraba estar pendiente de sus seres queridos, incluso de los que estaban más lejos. Yo vivo en España y ella me llamaba seguido para saber de mí.

Otra cosa que le encantaba a mi pelirroja era viajar. Entre 2017 y 2019 conoció varias ciudades en Estados Unidos y soñaba con venir a España a visitarme. Me da nostalgia recordar que la última vez que me llamó, me dijo: “Tía, pronto estaremos juntas. Vamos a recorrer el país y quiero que seas mi guía turística”.

Siempre le gustó vivir a tope. Ella cumplía años el 25 de enero, pero desde el primero al último día, lo celebraba todo el mes. Mantenía la misma alegría. Yo le preguntaba: “Mi pelirroja, ¿por qué celebras tanto tu cumpleaños?” y ella me respondía: “Tía, hay que vivir al máximo cada momento”. No desperdiciaba ninguna oportunidad para festejar y siempre que podía conocía lugares nuevos o hacía nuevas amistades.

En 2019 adquirió su propia vivienda a través de una hipoteca y estaba muy contenta, de hecho me llamó diciendo: “Tía, ¡me acabo de comprar mi casa! La voy a pagar por plazos, pero es mía” y eso para ella era uno de sus mayores logros. Me quedo con eso de mi pelirroja, con su voluntad para alcanzar sus sueños”.

Lusmila Gómez Lapuente, 60 años, amiga.

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De acuerdo con El País existe una investigación en la Fiscalía por la muerte de Zurisaday. Pero, según Lusmila Gómez, la familia Varela Cárdenas desconoce en qué estado se encuentra el proceso.

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