28 años

Evelyn Yuliana Ávila Díaz

El 25 de junio de 2020 fue asesinada con un impacto de bala cerca de su casa, ubicada en el barrio San Jorge de Yumbo (Valle del Cauca).

Fuentes: Cerosetenta, El Tiempo y Q’hubo Cali

Volar para cumplir los sueños

El silencio llena el hogar Ávila Díaz y el sol aún no se posa en las ventanas. Falta una hora para que la luz empiece a iluminar la casa de una sola planta donde vive Yuliana con su madre, su hermano y su tía. Antes del amanecer, el sonido de las ollas y los cubiertos interrumpen la quietud en la cocina. Es María Elena Díaz, la madre de Yuliana, quien se levanta temprano para dejarle a su hija el desayuno y el almuerzo listos, antes de dirigirse a su trabajo.

En una butaca, recostada en un mesón, está Yuliana con el pelo semirecogido y el rostro alegre, esbozando una sonrisa. Ella acompaña a su mamá todos los días con una conversación amena mientras cocina y la ciudad comienza a despertar.

Así, con su risa llenando el silencio de la casa, la recuerda María Elena, su mamá:

“Yuliana era una niña muy alegre. Era capaz de encender con una fiesta a medio Valle del Cauca, porque le gustaba mucho bailar salsa y lo hacía muy bien. Estuvo en una academia de baile a los 15 años y, por eso, a veces me ponía hacer piruetas con ella. Nunca se veía triste.

Ayudaba mucho a las personas. Cuando veía a alguien sin zapatos en la calle, no le importaba quitarse los suyos y dárselos. Asimismo, si se enteraba de que alguien no tenía para comer, sacaba de nuestro mercado y le acomodaba algo digno para el almuerzo.

Entre sus pasiones estaba viajar. Con lo que ganaba trabajando como docente en un colegio público, ahorraba para sus paseos y soñaba con llevarme de viaje con ella por una larga temporada. Me decía: “mami, yo quiero que te vayás conmigo, pero sé que por tu trabajo no podés ir. Cuando salgás, si Dios quiere, nos vamos a disfrutar”. Uno de nuestros últimos viajes fue al Lago Calima, en El Darién (Valle del Cauca). La estadía fue de un día para otro. Fuimos con mi hijo y mi hermana.

Éramos muy unidas. Siempre que yo llegaba del trabajo con mi hermana, Yuliana nos esperaba afuera de la casa sentada y preparaba una broma o un chiste, por ejemplo, decía: “¿Por qué se demoraron? ¿Estaban consiguiendo novio?”, mientras nosotras entrábamos a la casa entre risas.

Yuliana estudiaba Pedagogía en la Universidad Antonio José Camacho. Estaba contenta porque ya casi se graduaba. También estaba estudiando inglés en el Colombo Americano y quería estudiar Trabajo Social.

Mi hija quería irse un tiempo a Estados Unidos para trabajar y ahorrar el dinero suficiente para construir su propia institución, que debía llamarse Colegio María José, según decía. Ese era su sueño. Pensaba que para cumplir ese deseo era necesario volar un poquito e irse de Yumbo una temporada: “Uno aquí en Colombia puede salir adelante, pero se demora más, por eso es mejor salir a otro país para ahorrar y ahí sí volver”, decía.

También quería tener su propia oficina, conformada por profesionales de distintas áreas de la educación y la salud, para darle charlas a las jovencitas de 12 a 15 años sobre educación sexual, porque ella quería que todas las niñas se proyectaran a futuro y evitaran los riesgos de iniciar una vida sexual a corta edad.

La última vez que estuve con ella fue el mismo día de su asesinato. Recuerdo que la pasamos muy bien y estuvimos haciendo un trámite en la Alcaldía. Luego fuimos a buscar algo para comer y, como todo estaba cerrado por la pandemia, compartimos una ensalada de frutas entre las dos.

Ella estaba entusiasmada porque el martes siguiente entraba a trabajar en la Secretaría de Educación. Además, en 20 días estaba programado su grado como licenciada. No pudo ver realizado su sueño. Yo tuve que ir a recoger su diploma”.

María Elena Díaz, madre, 59 años.

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Según Jhony Nasayano, apoderado de la familia Ávila Díaz, la investigación por la muerte de Evelyn Yuliana se encuentra en la Fiscalía 156 de la Unidad Seccional de Yumbo y todavía está en etapa de indagación preliminar.

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