19 años

Meri Sleyn Ulabares Hurtado

El 28 de marzo de 2020, su cuerpo fue hallado sin vida y con señales de asfixia mecánica en el barrio Terrón Colorado de Cali, Valle del Cauca.

Fuentes: Fiscalía General de la Nación, El País y Q’hubo Cali.

La soñadora independiente

La noche del 27 de marzo de 2020 fue la última vez que Andrés Felipe estuvo largo tiempo con Meri. Él era un niño de 14 años que veía en su hermana mayor un ejemplo a seguir. Meri llevaba un poco más de un mes quedándose en la casa de su mamá porque se había separado de su expareja, con quien vivía en el barrio Terrón Colorado.

Las horas transcurridas entre juegos y carcajadas se estamparon en la memoria de Andrés esa noche. Por eso, con frecuencia, él suele recordar que antes de desearle un buen descanso, Meri le dijo que estaba muy feliz de tenerlo como hermanito y lo abrazó hasta que los dos se quedaron dormidos.

Desde esa noche, Andrés siente que ella sigue unida a él en un acuerdo tácito de protegerlo siempre:

“Desde que yo era pequeñito, mi hermana Meri y yo siempre fuimos muy unidos, nos cuidábamos mucho. Siempre estuvo muy pendiente de mí. Cuando yo me portaba mal, me daba consejos, y cuando me enfermaba, venía a la casa y se quedaba a dormir conmigo para estar pendiente de que yo me tomara las medicinas.

Yo la celaba cuando salía con ella y veía que algún pelado le estaba coqueteando. Yo les decía a los muchachos: “¡A ver, usted está como muy cansón con mi hermanita!” y ella se reía. Nunca se enojó conmigo por eso, tal vez porque aunque yo era menor, se sentía protegida.

Aun así, a ella no le gustaba depender de los demás, prefería ganarse el respeto y las cosas luchando por su cuenta. Por ejemplo, quería pagarse la carrera de Medicina sola y esperaba convertirse en médica cirujana algún día. También quería darle una casita a nuestra mamá.

Mi hermana era muy divertida y le gustaban los deportes. De vez en cuando los dos salíamos a practicar fútbol o voleibol a las canchas del barrio en el que ella vivía. Otras veces, íbamos a pasear y me llevaba a la piscina o al río. Extraño los buenos tiempos que pasamos juntos.

La gente decía que éramos como gemelos porque éramos igual de altos y nos parecíamos mucho físicamente. En un futuro, quiero parecerme a ella también en su independencia y su espíritu fuerte”.

Andrés Felipe Perlaza Hurtado, 16 años, hermano.

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Cuando Meri era todavía una niña, entraba agazapada con su prima Naren en la cocina de la abuela paterna, Cefora Mosquera, a realizar su pilatuna frecuente: robarse los limones y la sal que la mujer dejaba en el mesón para el almuerzo.

Nathalia e Isabella, dos primas cómplices, aguardaban afuera esperando el botín. Una vez Meri y Naren salían de la cocina, las cuatro corrían a la habitación más cercana y soltaban carcajadas silenciosas para que nadie se diera cuenta de lo que habían hecho.

La abuela, inocente del robo, entraba a la cocina para comenzar a preparar el almuerzo y como no encontraba los limones ni la sal, decía “¡Ve! ¿quién será el que me desaparece las cosas?”. Entre tanto, las cuatro primas se reían de las muecas que hacía Meri mientras comía limón con sal.

Así la recuerda Nathalia Ulabares, una de sus primas:

“Mi prima Meri era muy traviesa y extrovertida. La mayoría de las locuras que hacíamos se le ocurrían a ella. Por ejemplo, a veces se comía los ajos crudos y nosotras, sus primas, nos reíamos de las caras que hacía.

A pesar de sus pilatunas, Meri quería mucho a mi abuela Cefora y pasaba tiempo con ella viendo televisión en la sala. Se sabía de memoria los diálogos de varias telenovelas y a veces creaba historias de ensueño para sí misma, como si ella fuera la protagonista de otro drama televisivo. Cuando veía una mujer fuerte, guerrera, que no se dejaba de nadie en las historias de la televisión, decía: “¡Yo voy a ser como ella!”.

Además, mi prima era una mujer soñadora. Todo el tiempo hablaba de las cosas que quería hacer en el futuro. Por ejemplo, quería trabajar en el área de la salud como su mamá, Yamileth Hurtado, y estaba estudiando un técnico en Auxiliar de Enfermería en el Centro Nacional de Capacitación (Cenal) de Cali desde finales de 2019. Ese era el primer peldaño para convertirse en médica. Decía que quería ser una buena profesional para ayudar a otros, tener mejores ingresos y apoyar a su mamá.

Como siempre fue aventurera y extrovertida, soñaba con viajar por el mundo. El primer país de su larga lista de destinos era Francia y quería tomarse una foto frente a la Torre Eiffel. A cada rato nos hablaba de eso y cuando veía imágenes de gente en internet visitando otros países, decía: “Cuando yo esté allá, me voy a tomar una foto ahí” o “allá voy a llevar a mi mamá”.

Yo sentía que ella vivía en un mundo de fantasía, pero al mismo tiempo quería verla cumplir todos sus sueños. Quiero que la recuerden alegre y como una mujer que quería salir adelante”.

Nathalia Ulabares, 22 años, prima.

* * *

Según Yamileth Hurtado, madre de Meri Ulabares, la investigación por el feminicidio de su hija se encuentra en la Fiscalía 117 Seccional de Cali. Aunque el caso permanece activo en la Unidad de Delitos contra la Vida y Feminicidios de Cali, la familia desconoce en qué etapa se encuentra la indagación.

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