Los dominios de la Casa García van desde los desarrollos urbanos de Cartagena, en donde se apropiaron de Chambacú, un predio de la herencia afrocolombiana, y de la sociedad que administra el puerto de la ciudad, al que paga derechos el 26% de la carga importada y exportada por Colombia. Pasan, también, por los Montes de María, en donde con su apoyo se ejecutó la Masacre de Macayepo. Pero su influencia cubre todo el país, con los servicios de su Fundación Renal, inicialmente incluida como responsable fiscalmente en el fraude conocido como el Cartel de la Hemofilia y posteriormente desvinculada del proceso. Incluye también emprendimientos de ultramar, en presuntos paraísos fiscales, como Cherry Wood International Corporation, constituida en 1995, donde Miguel Eduardo García es director, y otras trece sociedades en Panamá.

El exsenador Álvaro García, abdicado del trono luego de que la Corte Suprema de Justicia ordenara su captura, fue condenado en 2010 por promover las AUC y ordenar la Masacre de Macayepo, Carmen de Bolívar, en la que 15 campesinos perdieron la vida y más de 200 familias fueron desplazadas. Los consortes Piedad Zuccardi y Juan José García también fueron investigados por reunirse con paramilitares y este último fue encerrado en la prisión por la Corte Suprema de Justicia por apropiarse de $118 millones de auxilios parlamentarios.

A finales de 2020 murió el patrón Juan José García, por cuenta del Covid-19. Por primera vez en cinco décadas, la Casa no contará con ningún miembro de la familia real en el Congreso de la República. Luego de dos períodos en el trono legislativo, el heredero, Andrés García Zuccardi, cambia su juego de votos y las fichas del tablero político las juega a través de sus aliados Alonso Del Río, a la Cámara por el reino de Bolívar, y José David Name Cardozo al Senado.