El Congreso de la era Petro: más alternativo, poco paritario

(20/07/2022)

El nuevo presidente de Colombia tendrá de su lado a una de las mayores bancadas en el Congreso: la del Pacto Histórico. Además, es probable que forje alianzas y acuerdos con otros partidos alternativos que se vieron fortalecidos en la última elección legislativa. El nuevo Congreso muestra un leve declive de los sectores políticos que apoyaron al Gobierno Duque, el poder que mantienen los partidos tradicionales y la inclusión lenta y deficiente de más mujeres en la arena legislativa.

Hoy se instaló el Congreso de la República que los y las colombianas eligieron el pasado 13 de marzo. Después de centenares de reclamaciones por las diferencias de votos durante la etapa de preconteo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) certificó los resultados del escrutinio, que comenzó hace poco más de cuatro meses, y que solamente hasta ayer, casi 24 horas antes de la posesión del Congreso, vieron la luz en forma de las credenciales que le fueron otorgadas a los nuevos congresistas.

Para entender los cambios que trajo el nuevo Congreso, Cuestión Pública comparó los resultados electorales con los de hace cuatro años (2018). En el último caso, consultamos los registros que la Misión de Observación Electoral (MOE) puso a disposición de las personas, y que tienen como fuente a la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC). 

Lo que cambió

Los partidos que hicieron parte del Gobierno Duque o que fueron cercanos a él, como el Centro Democrático y Cambio Radical, perdieron curules en Cámara y Senado. Los tradicionales, de la bandera roja y azul, lograron mantener su poder e, incluso, lo incrementaron en algunos casos.

A diferencia de hace cuatro años, las mayores bancadas en el Senado están encabezadas por el Pacto Histórico, coalición conformada por partidos alternativos como el Polo, el Movimiento Indígena Alternativo y Social (MAIS), Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), la Unión Patriótica, el Partido Comunista y otros, que suman 20 curules. A su paso le siguen los tradicionales: el Conservador (15), Liberal (14), y el Centro Democrático (13). Es decir, la oposición, que antes era minoritaria, ahora es mayoría.

El Centro Democrático, hasta hoy partido de Gobierno, fue uno de los más castigados en las urnas: pasó de tener una de las bancadas más grandes del Congreso a volverse mediana: perdió 6 curules. Cambio Radical, otro cercano al Gobierno, perdió 5.

La dinámica se repitió en la Cámara de Representantes. Al sumar las curules de las coaliciones en que cada partido participó, el ranking de bancadas es similar al de Senado. Los siete grandes competidores se mantienen a la cabeza: el Liberal, con 33 curules; el Pacto Histórico, con 30; el Conservador, con 26; Cambio Radical, con 19; el Centro Democrático, con 16; La U, con 15, y la Alianza Verde, con 15. Estos partidos, junto a las curules que eligieron en coaliciones, controlan la mayoría del Congreso y serán decisivos para la gobernabilidad de Gustavo Petro.

En la Cámara, los partidos cercanos a Duque (Centro Democrático y Cambio Radical) perdieron, respectivamente, 16 y 11 curules. Los alternativos Pacto Histórico y Verdes ganaron 26 y 6 escaños, respectivamente. Y los tradicionales Liberal y Conservador mantuvieron su afluencia, aunque el primero perdió 2 representantes y el segundo aumentó en 5.

Al analizar los datos por circunscripciones, los patrones se vuelven más claros. Por ejemplo, en Antioquia el Centro Democrático pasó de tener 7 representantes, en 2018, a 4, en 2022. Otros cercanos al Gobierno como Cambio Radical y la U, también perdieron la única curul que tenía cada uno en el departamento. A la inversa, el Pacto Histórico logró elegir a 3 de sus aspirantes en Antioquia cuando, en 2018, tenía solo uno que era del Polo Democrático Alternativo. La Alianza Verde logró cautivar una curul más de la que tenía en 2018 y los tradicionales Conservador y Liberal mantuvieron sus 3 representantes cada uno.

La capital del país cuenta la misma historia. En Bogotá, el Pacto Histórico logró 4 curules extra que ahora lo posicionan en 7 escaños. El Centro Democrático perdió poder al pasar de 5 curules, en 2018, a 2, en 2022. El Liberal y el Conservador mantuvieron una curul cada uno (que el segundo consiguió en coalición con el Partido de la U), mientras Cambio Radical perdió una de las 2 que tenía.

Uno de los departamentos que no se alineó con esta tendencia fue Norte de Santander. En este departamento los apoyos se distribuyeron igual que cuatro años atrás, beneficiando a los tradicionales: Liberal, Conservador, Centro Democrático, La U y Cambio Radical ganaron cada uno una curul.

Lo que no cambió

Este medio encontró que 110 de los nuevos congresistas son, en realidad, personas que se reeligieron. Esa cifra implica que un tercio del capitolio sigue en las mismas manos. La siguiente es la distribución de reelección por partidos y coaliciones:

Al poner la lupa en el Senado y la Cámara, la primera es la que más reelecciones tiene, con 63 de las 108 curules. Es decir, menos de la mitad del Senado se renovó. Esta práctica, que inhibe el surgimiento de nuevos liderazgos, se concentra en su mayoría en las grandes bancadas.

Pero algunos de los legisladores no solamente se conformaron con ocupar otro cuatrienio en el parlamento, sino que le apostaron a pasar al siguiente nivel: a lograr el “salto” de la Cámara al Senado. 18 de ellos lo lograron.

Lo que se resiste a cambiar

El Congreso que los y las colombianas eligieron en marzo es más paritario que el Congreso que se fue, relativamente. Según cifras de la MOE, para 2018 se eligieron 222 hombres y 55 mujeres; es decir, que el Congreso estuvo conformado casi un 81% por hombres y apenas un 19% por mujeres. En contraste, el Congreso actual eligió 209 hombres y 85 mujeres; respectivamente, el 71% y el 29%. Tamara Argote, representante a Bogotá por la coalición del Pacto Histórico, no se define en ninguna de esas categorías, pues es no binaria.

A pesar de esto, el porcentaje de mujeres legisladoras sigue siendo inferior a lo que, por ejemplo, exige la Ley de Cuotas a las listas de candidatos (que deben contar con al menos un 30% en representación de mujeres).

Un análisis por corporación muestra que las mujeres tienen casi las mismas probabilidades de llegar a ocupar un escaño en la cámara baja que en la alta. Así, mientras que en el primer caso representan casi el 28%, en el segundo se aproximan al 29%.

No obstante, el partido al que pertenezcan sí cambia la probabilidad real que tienen de llegar al poder. El Pacto Histórico representa al movimiento más paritario con 21 mujeres (42%) 28 hombres (56%) y una persona no binaria (2%). A su paso le siguen la Alianza Verde (36% de congresistas mujeres) y el Partido Liberal (29%). El último puesto se lo lleva Cambio Radical, que cuenta solo con un 16% de mujeres electas.

En el caso de la elección de Cámara, el departamento al que una mujer se postule también afectará las probabilidades de que llegue o no a ser electa. La última elección muestra que, en general, las regiones Caribe (Bolívar, Magdalena), Pacífica (Chocó, Nariño) y Andina (Bogotá D.C, Tolima) eligen a una mayor cantidad de mujeres. Por el contrario, la región de la Orinoquía (integrada por, entre otros, Casanare y Vichada) elige una menor proporción de ellas; o incluso, ninguna.

#Bonustrack: En la primera elección de las circunscripciones especiales de paz, destinadas a 16 zonas del país que fueron más afectadas por el conflicto, la nula paridad también fue tendencia. De los 16 congresistas solo 3 son mujeres, lo que representa el 18.75% de todas las circunscripciones. Eso pese a que la ley exigía que las duplas de candidatos fuera 50-50, pero los primeros opcionados a ganar de esas parejas eran en su mayoría hombres.