Para la guerra nada y para el paro todo
(11/05/2021)
Por: Laura Isabel Villamizar Pacheco
Somos un pueblo en resistencia, eso somos, pero hay días donde personas como yo quisiéramos rendirnos sobre la posibilidad de un país distinto, luego veo videos de diversas partes de Colombia y todo cambia, mi pueblo, mi gente sigue de pie, el paro sigue porque una buena parte de las y los manifestantes resisten, persisten y nunca desisten por un país distinto. Y ahí es cuando siento vergüenza, después de todo para mi es más fácil protestar porque cuento con garantías laborales y un trabajo donde creen en los derechos humanos y el deber de cumplir y garantizar mi legítimo derecho a la protesta, en cambio, para la inmensa mayoría de quienes salen a marchar solo existe la nada, solo un panorama de total desolación. 21.5 millones de personas en Colombia se encuentran en total pobreza, el 42.5% de la población, en el año 2019 cayeron en pobreza 1.3 millones de personas, para el año 2020 fueron 3.6 millones, casi 5 millones de personas en tan solo dos años…
No, no podemos resistirnos a la necesidad del cambio y para ello el paro solo terminará cuando la clase política, gobernantes, congresistas, concejales, expresidentes y entes de control se tomen enserio nuestra voz y decisión de cambio, ya les dimos la orden como jefes supremos del Estado: ¡No a la Reforma a la Salud! ¡Reforma a la policía y al ESMAD ya! ¡Desmilitarización de las ciudades ya! Y, claro que Reforma tributaria sí, pero la que se ha propuesta desde la sociedad civil. Es hora de abrir diálogos reales y con propuestas serias. Desde el comienzo del gobierno del Presidente Duque la sociedad civil ha sido propositiva y abierta al diálogo, muestra de ello son las diversas propuestas que se han hecho, las cuales han sido en su mayoría desestimadas por el gobierno nacional, quien ha sido renuente a una apertura democrática de construcción de país. Acá van tan solo unos ejemplos de ello:
(I) Desde el año pasado el gobierno nacional no se sienta con organizaciones como la Federación Médica y diversas agremiaciones y organizaciones médicas y de salud que llevan ofreciendo salidas para el manejo de la pandemia desde una experticia real sobre la implementación de políticas públicas para el cumplimiento del derecho Fundamental a la salud;
(II) este año se realizó la cumbre social y política con más de 2000 personas que proponían una salida viable en el manejo de la pobreza de 7.5 millones de familias en Colombia a través de la renta básica, la cual fue desestimada por el gobierno nacional y una buena parte de congresistas, diciendo que no se podía, aun cuando fue apoyada y trabajada con varios economistas de renombre, quienes afirman que los recursos están y solo hay que hacer algunos ajustes presupuestales en la distribución de los recursos de hacienda, que posiblemente se podía realizar a través de un decreto presidencial de emergencia, como muchos de los que se hicieron para salvar grandes empresas;
(III) a finales del mes de marzo diversos economistas heterodoxos vienen ofreciendo salidas para una reforma tributaria progresiva, que elimina exenciones tributarias innecesarias, fortalece el control para evitar la elusión y evasión de impuestos en Colombia, impuestos sobre ganancias por parte de los empresarios, entre otros puntos. Pero hasta el momento ellos tampoco han sido escuchados… Porque tampoco se sientan con académicos e intelectuales serios de Colombia. Solo vemos notas de prensa sobre las reuniones de Carrasquilla y el Ministerio de Hacienda con personas juzgadas por paramilitarismo y corrupción, el ex viceministro de Hacienda como nuevo Ministro de Comercio, el exministro Carrasquilla como candidato a la presidencia del Banco de Desarrollo de América Latina.
(IV) el gobierno nacional ha recibido propuestas de organizaciones de derechos humanos del país para que se modifique la doctrina impuesta a la Policía y el ESMAD en Colombia para el manejo de la protesta, con el objetivo de proteger la vida de los manifestantes y garantizar la movilización pacífica. Sin embargo, la respuesta ha sido modificar la política sobre protesta social con el Decreto 003 de 2021, que va en contravía de lo acordado con las organizaciones sociales en el 2018, con la Resolución 1190, desconociendo los derechos de la protesta social enmarcada en el cumplimiento de los derechos humanos y que hoy vemos como resultado la muerte de más de 40 personas durante el tiempo que lleva el paro, desaparición de más de 500 personas, violencia sexual contra más de 9 mujeres, retenciones ilegales de más de 900 civiles por parte de la Policía en tan solo 13 días. Así como se ha negado y no se han tomado las recomendaciones dadas por la Comisión Nacional de Garantías frente al desmonte de grupos armados ilegales, como tampoco frente a la política de aspersión del glifosato en Colombia para cultivos de uso ilícito.
¿El gobierno quiere que se levante el paro y se restablezca el orden público? Sencillo, es hora de escuchar, de actuar con responsabilidad y de reconocer que se ha equivocado. El presidente Duque debe dejar la soberbia y el miedo al diálogo serio y constructivo, no puede seguir actuando con una postura maniquea y criminalizando la protesta legítima. Llegar a consensos parece un camino difícil, pero es mucho más fácil si lo comparamos con la crisis económica, social, de derechos humanos y política que se han generado en el último tiempo por este gobierno. Sin dejar de lado las quejas y reclamos válidos a la inoperancia de los entes de control, la pasividad y mezquindad del Congreso de la República y la clase política, la mezquindad del empresariado, la pasividad de las altas cortes y las prácticas de los medios de comunicación tradicionales que tienden a desinformar y a poner la balanza a favor del gobierno nacional.
¡A parar para avanzar, viva el paro nacional! ¡Guardia, guardia, Fuerza, fuerza, por mi tierra resistencia! ¡Somos Minga! ¡Paren Ya la Masacre!
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