(05/06/2021)
Por: Gerald Bermúdez
Más de 20 días de paro han evidenciado que hay una profunda grieta entre la ciudadanía y la fuerza pública. Los primeros, victimizados por el actuar de los uniformados, se sienten irrespetados y desconocidos; los segundos asumen que deben ser tratados como víctimas de los manifestantes. El problema de todo esto es que a los segundos los asisten mecanismos judiciales, armamento, régimen propio de salud y un aparato inconmensurable de propaganda. La asimetría es clara así se intente esconder debajo de un tapete.
Como fotorreportero tengo el privilegio de sr testigo de excepción de muchos sucesos y casos en los que lo planteado por los primeros queda en evidencia y lo que señalan los uniformados no se sostiene de una manera sólida.
A continuación, relaciono algunos hechos, sustentados en videos que logré presenciar y, algunos, de los que fui víctima el pasado 21 de mayo en el Portal Américas, o Portal Resistencia como fue rebautizado por quienes se movilizan. Están presentados en secuencia para tratar de entender por qué hay tanta animadversión de ellos hacia la prensa
Momento 1
En medio del enfrentamiento en donde los escudos de madera improvisados se enfrentaban a los cañones de agua del Esmad, un grupo de reporteros nos acercamos a una tanqueta de ese grupo para registrar lo que sucedía. Un uniformado identificado con el número 036373 nos dice que nos hagamos a una distancia prudencial sin clarificar cuál es esa distancia. Alejados del cruce de piedras y granadas lacrimógenas, el policial nos dice de manera bastante agresiva que nos alejemos “porque puede salir lesionado usted”.
No queda claro de qué manera grabar en un espacio público y abierto puede redundar en lesiones para los periodistas, los siguientes videos dan una idea de qué está insinuando el uniformado.
Momento 2
Durante las acciones los residentes de los conjuntos residenciales cercanos, cansados de recibir gas en sus hogares y no poder dormir salieron a reclamarle a Policía que buscara una resolución pacífica y que dejaran de tirar gas hacia sus casas. Es ahí cuando comienzan a gritar arengas en contra de la policía y uno de los uniformados comienza a disparar con una pistola de paintball hacia el interior de un conjunto además de disparar a quemarropa hacia el pecho de un reportero. Sigue la intimidación hacia los periodistas que presencian la situación y un mando del Esmad justifica el ataque a personas desarmadas y ubicadas en sus propias casas.
Momento 3
Cuando el enfrentamiento se dilata y hacen llegar una tanqueta armada con el sistema Venom que ha sido fuertemente cuestionado por organizaciones de derechos humanos, la orden del Esmad es que la prensa no puede acercarse a los puntos en los que ya había estado, con el pretexto de que es por nuestra propia seguridad. Nunca fue una petición, siempre fue una orden que derivó en empujones y agresiones a los periodistas. Un hecho inaudito en el espacio público y en contra del libre ejercicio del periodismo. Nunca quedó claro que era eso que no quería el Esmad que quedara registrado pero lo que sí sucedió es que después de esa última carga un joven de la primera línea perdió un ojo por un disparo con pistola de paintball.
Momento 4
No solo el Esmad es quien agrede a la ciudadanía y la prensa. El no poder entrar a la cuadra en donde se está llevando a cabo la carga con las tanquetas registramos desde la distancia, lugar al que se acerca un patrullero sin identificación visible, tapado su apellido y número con un chaleco. Este policial habla con un ciudadano usando términos desobligantes para hablar de la prensa y ante los gritos de una mujer que los acusa de Violadores, este le grita en respuesta “Pero si a usted no se la come ni el óxido”.
Esta reacción es innecesaria y deslegitima la autoridad que invocan quienes son voceros de la fuerza pública.
Estos cuatro momentos sucedieron en el lapso de tres horas en un solo día. No quiero imaginar lo que sucede cuando la prensa internacional no está presente, pero las redes sociales están inundadas de videos que lo muestran.
Si quienes están en el paro buscan una reforma policial queda claro que es una exigencia necesaria toda vez que la legitimidad de su autoridad y la garantía de la sana convivencia no se están reflejando en lo que hacen desde la oscuridad y bajo las capuchas y las armaduras.
El miedo campea en la noche.
*La Tribuna es el espacio de columnas de pensamiento de nuestros analistas y expertos en Cuestión Pública. Sus contenidos no comprometen al medio.