Los secretos de las marcas de toallas higiénicas

Las personas que menstrúan conforman un mercado millonario que beneficia a 17 empresas. Pero, ¿qué hay detrás de las marcas que prometen comodidad y cuidado? Investigamos las empresas, la cadena de suministro, la fabricación, distribución y venta de toallas higiénicas. Descubrimos una industria que encubre información, una legislación que la ampara y condiciones de difícil acceso a toallas para la gestión menstrual.

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Los secretos de las marcas de toallas higiénicas

(01/07/2025)

Las personas que menstrúan conforman un mercado millonario que beneficia a 17 empresas. Pero, ¿qué hay detrás de las marcas que prometen comodidad y cuidado? Investigamos las empresas, la cadena de suministro, la fabricación, distribución y venta de toallas higiénicas. Descubrimos una industria que encubre información, una legislación que la ampara y condiciones de difícil acceso a toallas para la gestión menstrual.

Por: Alexandra Gómez @Fundacionchasquis

Esta investigación y su contenido no son responsabilidad de Cuestión Pública, pertenece a la Fundación Chasquis.

Durante las entrevistas para este reportaje, ni Laura, Natalia, María ni otras mujeres de distintas partes del país les ha interesado leer las pequeñas letras en las etiquetas de las toallas higiénicas que compran. Su elección está mediada por la reputación de la marca, la comodidad y el nivel de absorción.

Aunque hay diversas opciones para el manejo menstrual, como: copas, toallas de tela, tampones, discos menstruales y panties reutilizables, la mayoría de las mujeres comenzó a usar toallas higiénicas en su primera menstruación. En cifras del DANE entre mayo de 2021 y mayo de 2022 de las mujeres jefas de hogar o cónyuges el 93.1% de mujeres usaron como principal elemento para atender su periodo menstrual, las toallas higiénicas.

En proyección el DANE estimó que para el 2022 habría 17.3 millones de niñas y mujeres entre los 10 y 55 años. “en edad de menstruar”. En este sentido, al menos el 33,6% de la población en Colombia menstrúa”. Y no solo ellas menstrúan, existen hombres transgénero y personas no binarias con capacidad de menstruar, por lo cual se debe atribuir la definición de personas menstruantes.

Las normas del mercado de toallas están reguladas por la Comunidad Andina (CAN) integrada por Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia bajo la Decisión Supranacional Andina 706 de 2008, quienes estipulan que para la comercialización de absorbentes de higiene personal los productos requieren expedir una Notificación Sanitaria Obligatoria (NSO) que para el caso de Colombia se hace ante el Invima. Al tener esta Notificación se reconoce que es un producto seguro y de calidad. De las toallas que se venden en Colombia hay Notificaciones expedidas en Colombia y Perú. 

La Notificación Sanitaria obligatoria es válida por 7 años, en este momento hay autorizaciones que tienen vigencia hasta el año 2031. Actualmente el trámite tiene un costo de 2.095.533 pesos. El Invima indica que los productos de higiene absorbentes son “de menor riesgo sanitario, en comparación con otra categoría de productos” por lo cual adquirir la Notificación es un proceso “bastante ágil”.

Se puede encontrar titulares que con una sola Notificación tiene registradas varias marcas y a su vez diversas presentaciones comerciales, por ejemplo Absorbentes de Colombia en una de sus Notificaciones expedidas tiene 31 marcas y 108 presentaciones comerciales. “Un titular puede utilizar la misma Notificación Sanitaria para distintas referencias de un producto cuando las variaciones en la composición se limitan a aspectos como el olor o color (…)si hay cambios  en la fórmula base o ingredientes activos debe tener una Notificación para cada referencia distinta”, explica el Invima

Es sustancial señalar que hay una diferencia entre Registro Sanitario y Notificación Sanitaria, el primero es como un examen médico completo donde se revisa cada detalle del paciente. La Notificación,  sería como un chequeo rápido donde se asume que el paciente está sano basándose en su historial. El Invima indica que es “potestad y responsabilidad del titular, la verificación de calidad y seguridad del producto (…) se presume que la información que aporta el titular es verídica” ya que entrega una declaración juramentada donde se hacen responsables de efectos adversos que el producto pueda tener. 

Aclaración para el Invima 

La vagina tiene una membrana mucosa que se identifica como epitelio vaginal que es altamente permeable y conecta rápidamente con el sistema sanguíneo. Estudios médicos han identificado que es más eficiente el suministro de medicamentos vía vaginal porque al no pasar por el hígado entra directamente a la sangre. Esto explica porqué adolescentes que empapan tampones en alcohol, tienen efectos de embriaguez y sin “tufo”.

Dado el tejido altamente absorbente de la vagina el contacto con sustancias o productos pueden generar infecciones, alergias o irritaciones, el último, el síntoma  que la industria reconoce sutilmente, haciendo la advertencia en la etiqueta: “en caso de irritación, suspenda su uso y consulte a su médico”. 

“Entre los principales síntomas que manifiestan en consulta ginecológica las personas con vivencias menstruales quienes gestionan su sangrado con toallas desechables se encuentran la irritación y el enrojecimiento, así como la picazón y el ardor, Las erupciones cutáneas que genera dermatitis por contacto. En la mayoría de los casos, estos síntomas se deben a reacciones alérgicas a algunos materiales con los que están fabricadas las toallas” explica Diana Pinilla, líder del programa Sin Reglas Profamilia. 

“El uso prolongado de toallas desechables puede alterar la flora vaginal, lo que genera cambios en el flujo vaginal, como variaciones en textura, color y olor. Estos cambios pueden estar relacionados con infecciones del tracto urinario o vaginales, como la vaginosis bacteriana”, detalla Diana. Es por eso que los médicos suelen recomendar el cambio de toalla cada 4 otras; “muchas mujeres por condiciones económicas no pueden comprar las toallas que necesitan o los tiempos que requieren en su trabajo no pueden estar haciendo el cambio continuo de toalla”, señala Lady Bermúdez, subdirectora de programas y proyectos de Oriéntame.

“Estuvimos haciendo un taller de gestión menstrual con conductoras del Sistema de Transporte Urbano de Bogotá y todo el tiempo nos mencionaron la comezón con el uso de la toalla, ellas tienen turnos de varias horas seguidas conduciendo, es muy complicado hacer el cambio de toalla durante su jornada laboral”, cuenta Jenny Flores integrante de la Fundación Procrear.  

Contrario a la afirmación del Invima de considerar las toallas un producto de “menor riesgo sanitario”. Las toallas están hechas de sustancias plásticas y químicas que pueden afectar la salud de las personas menstruantes y que sigue siendo poco estudiado como un tema de salud pública y con una plena confianza en la industria de absorbentes.

No es sencillo en Colombia acceder a estudios que se hayan realizado de testeo de toallas. “Nosotras” como una marca que declara en sus etiquetas y publicidad “Todos nuestros productos son seguros de usar, pues son ginecológica y dermatológicamente testeados”. Al preguntar para este reportaje el acceso a dichos estudios que soporten esta afirmación, responden que, “la información de los médicos especialistas que aprueba nuestros productos hace referencia a la ficha técnica de la marca, por tal motivo no es compartida al público, ya que este tema es directo con entes legales y la información puede llegar a terceros”.

Al tener sólo como requerimiento la Notificación Sanitaria para comercializar toallas “no es un requisito de la normatividad sanitaria vigente que el titular presente estudios sobre efectos ginecológicos, dermatológicos, microbiológicos y de evaluación toxicológica de las materias que tienen las toallas”, explica el Invima.    

Cumple la ley, hecha la trampa 

Entre los requisitos para obtener la Notificación el titular debe presentar la descripción y composición del producto con la nomenclatura química de los compuestos inorgánicos y las especificaciones organolépticas y fisicoquímicas del producto terminado. Esta investigación le solicitó al Invima estas fichas técnicas por cada uno de los productos que actualmente tiene Notificación a lo cual indicó que era improcedente bajo la protección de “los secretos comerciales, industriales y profesionales (…) en todo caso, recordar que los ingredientes pueden ser consultados en las etiquetas de los respectivos productos”

La normatividad vigente solo les exige a los titulares mencionar en la etiqueta “la composición básica cualitativa” De 16 etiquetas revisadas de diferentes marcas es usual encontrar como descripción de los componentes menciones genéricas como: “cubierta”, “gel para que te sientas segura”. Se describen los componentes, es decir las partes o tipos de capas (transpirable/ exterior, cuerpo absorbente y capa adhesiva) pero no se detallan los ingredientes, por ejemplo cuando se refiere “aloe vera y manzanilla” esté podría ser un aceite o un oleato, o los nombres de los químicos cuando se menciona “gel absorbente” que es un polímero absorbente.

Se encuentra que entre referencias de la misma marca describen los mismos componentes, por ejemplo, “Nosotras normal, ultradelgada y nocturna” no varía la descripción de componentes, eso permitiría inferir que son las mismas toallas con diferentes promesas de uso. 

La organización Voces de Mujeres por la Tierra (WVE), ubicadas en Denver, Colorado, quienes se dedican en insistir en la transparencia corporativa de las industrias que venden productos a las mujeres. En su informe publicado en 2022 sobre una investigación que evidencia los ingredientes divulgados en las etiquetas de toallas mencionan que, “la descripción con relación a las funciones no permite una comprensión de la exposición química real (…)” sería más preciso decir “copolímero de bloque de estireno” que adhesivo. 

También se usan otras descripciones para darle mayor atributo a la marca como “tecnología antibacterial” “tecnología flexfit” o “control de olores”, qué significan esas tecnologías y cuáles químicos se utilizan para garantizar el control de olores.

Sin la divulgación de los ingredientes por parte de las marcas las personas menstruantes no están tomando decisiones de compra informadas. El informe recomienda que el etiquetado debería tener el nombre químico del ingrediente, dónde se utiliza y su función.

Confunde y reinaras. El engaño de lo natural

Hay empaques de toallas donde se resalta visualmente “cubierta suave como algodón* para mayor comodidad durante el uso”, algodón está acompañado de un asterisco y en letra más pequeña en la parte inferior del empaque dice “no tiene algodón”. 

El algodón goza de popularidad en la higiene menstrual porque no altera el pH fisiológico, disminuye las reacciones alérgicas, no altera la acidez natural de la mucosa vaginal, entre otras propiedades. En el etiquetado suelen hacer referencia a “tela tipo algodón” ¿cuál es la diferencia en decir tela de algodón?, quiere decir que la malla exterior puede estar hecha con un derivado de algodón y componentes sintéticos, esta información no suele estar clara en la información del empaque.

Ese tipo de palabras en los empaques es astuto y puede confundir bastante al consumidor. Colocar un llamativo «tela tipo algodón» en la parte frontal crea inmediatamente una conexión con la suavidad y naturalidad que asociamos al algodón. Luego, al voltear la etiqueta, la frase «suave cubierta tipo tela con los beneficios del extracto del algodón» es aún más sutil. Implica que el producto ofrece las ventajas del algodón, pero sin afirmar directamente que contenga la fibra en sí.

La clave del engaño radica en el uso de la palabra «tipo» y la referencia al «extracto«. «Tipo algodón» sugiere una similitud en la textura o apariencia, pero no en la composición. Y mencionar los «beneficios del extracto» desvía la atención de la ausencia real de algodón en los ingredientes del producto.

La capa de la toalla que tiene contacto con la piel es “tela no tejida”, esto indica que son fibras termoplásticas de polietileno o polipropileno perforado, son dos productos derivados del petróleo, que se unen con calor, agua y presión. Es decir la zona púbica está en contacto con plástico, de ahí los síntomas de picazón y ardor. Diana Pinilla indica que estos materiales “generan humedad y calor en la zona vulvar». Esto puede favorecer la proliferación de hongos y bacterias”. Esto explica porqué algunas marcas colocan emolientes a la tela para aliviar los efectos y tiene como componentes “tela no tejida con aloe vera y manzanilla”, que también cumple la función de aislar el cuerpo absorbente de la toalla. 

Llama la atención que una de las principales marcas esté incorporando algodón en algunas de sus referencias de toallas, destacando en su etiquetado «orgánico» y «cubierta de algodón 100% orgánico», junto con el sello Algodón de Cotton Enhanced de la empresa estadounidense Cotton Incorporated, que certifica la presencia de algodón en el producto. No obstante, este ingrediente no se menciona en la descripción de los componentes. Esto podría indicar que la cubierta es de algodón, mientras que el centro absorbente, rotulado como «fibras 100% biológicas y naturales», correspondería a pulpa de celulosa. Si bien el algodón suele percibirse como un indicador de mayor calidad, que una toalla lo contenga implica que su precio es significativamente más alto, llegando a ser el doble o el triple de las toallas con «tela no tejida». Esta condición pone una brecha en la gestión menstrual de mujeres con limitados recursos económicos. 

No es algodón, es pulpa de celulosa altamente procesada

Las toallas tienen varias capas y entre estas pueden llevar distintas clases de polímeros. La capa interna o cuerpo absorbente  está principalmente hecha de pulpa virgen de celulosa que se obtiene de árboles de pino y eucalipto, su extracción es de color café, por ello la industria la blanquea con cloro o derivados de éste, que puede liberar dioxina (químico contaminante orgánico). También ya hay métodos donde el cloro se reemplaza por agua oxigenada o hidro sulfito sódico, sea cual sea el método que se use las personas menstruantes no tienen acceso a esta información sobre la traza de la producción del producto que compran. La pulpa se convierte en pelusa para la fabricación del cuerpo absorbente. 

Las personas menstruantes suelen confundir la pulpa de celulosa con algodón, lo cierto es que cada vez menos se usa en la industria de absorbentes para abaratar su producción. Algunos fabricantes en Colombia de toallas suelen importar “pasta química de madera a la sosa o al sulfato semiblanqueada o blanqueada”. 

La estrategia publicitaria de los empaques que resalta frases como «hechas con productos naturales» o «70% de componentes naturales«, complementada con descripciones como «hecha con componentes provenientes de plantas que brindan comodidad y suavidad«, busca generar una percepción de naturalidad y beneficios directos en el consumidor. Si bien la afirmación puede ser técnicamente cierta al utilizar pulpa de celulosa, un ingrediente de origen vegetal, la omisión del significativo proceso químico de transformación al que se somete esta materia prima constituye una forma de publicidad engañosa. Al destacar el origen vegetal y silenciar la extensión del procesamiento, se crea una imagen incompleta del producto que puede inducir a error a los consumidores, quienes podrían creer estar adquiriendo una opción mucho más natural o menos procesada de lo que realmente es.

Esta pelusa o pulpa se importa principalmente de Brasil, según datos de la Industria Brasileña del Árbol (IBA), institución de regulación forestal en Brasil hay 9 millones de hectáreas plantadas de pino y eucalipto donde el 36% se utilizan para obtener pulpa. Esto señala la relación directa que usar toallas higiénicas se conecta con los impactos que tienen los monocultivos forestales en relación a la pérdida de la biodiversidad, alteraciones a los ciclos hídricos y disponibilidad del agua donde se encuentran las plantaciones.    

En algunas marcas se puede encontrar, posterior a la tela no tejida, un pequeño parche de color morado, azul, entre otros colores, que tiene puntos (Se puede apreciar externamente); a esto la industria lo reconoce como: “ la capa de adquisición” que tiene como función distribuir el flujo de foma uniforme, sus ingredientes tambien son pulpa de celulosa y fibras sintéticas que evitan el contacto directo de la pelusa con la piel que podría generar mayores alergias. 

Todas las capas al interior están pegadas para evitar que se muevan con “adhesivo de construcción” esta es la función de esté componente que señalan las etiquetas, pero no es clara la composición química de esta resina. 

“Gel para que te sientas segura” Los riesgos de los encubrimientos de la industria

Varias marcas resaltan en sus etiquetas el gel como un atributo especial del producto. El gel es poliacrilato de sodio, es una sal que puede absorber mucha agua y convertirse en gel. En el caso de la sangre menstrual es inferior la absorción debido a la presencia de lípidos, proteínas, hormonas y células muertas del endometrio que compiten con el agua.

Técnicamente, una toalla que indique que tiene mayor nivel de absorción es porque tiene más gránulos de poliacrilato que se compactan con la pulpa de celulosa. Pero no lo sabemos porque la cantidad de poliacrilato no está en la etiqueta. A medida que el gránulo va recibiendo el agua se va hinchando y esto es lo que hace sentir “cargada la toalla” junto con la absorción que también hace la celulosa. “La toalla no permite que las mujeres reconozcan su cantidad de sangrado real porque al mezclarse con los componentes de los que están hechas las toallas puede inferir que fue mucho, cuando no lo fue”, explica Lady Bermúdez. 

Infobae relató cómo en Indonesia adolescentes estaban hirviendo toallas para generar sensaciones alucinógenas y encontraron que se debía a varios componentes de las toallas, entre ellos el poliacrilato, que al ser ingeridos tiene un alto grado de toxicidad.

El olor de la menstruación

Otro grupo de componentes son los perfumes y colorantes que son sustancias químicas. Lady invita a las mujeres “que se metan el dedo cuando están menstruando y se van a dar cuenta de que la sangre no huele mal”.  Y tiene sentido, no es la sangre la que genera un olor molesto, es el contacto de la sangre menstrual con todos los componentes químicos de las toallas que se van descomponiendo y lo generan y la misma industria vende como atributo “control de olores”. 

“Al usar la copa menstrual las personas pueden percibir que el olor cambia significativamente debido a que al usar toalla desechable la sangre menstrual está expuesta mayor tiempo con el aire lo cual puede generar oxidación de la misma, sumado al contacto con componentes en su mayoría plásticos puede favorecer el crecimiento bacteriano lo cual intensifica los olores, sumado a las fragancias añadidas que pueden alterar el olor”, explica Diana.

“Con el uso de la copa menstrual cambia la percepción del periodo por ejemplo que cuando tenemos el periodo hay un olor y en realidad el olor cuando tú sacas la copita llena y te das cuenta de que tu sangre no huele a nada, te das cuenta de que lo que huele son los productos químicos que tienen las toallas menstruales, no la sangre en sí misma”, explica Laura de Revolución Copitas un colectivo que distribuye copas menstruales y realiza talleres de educación menstrual.

En países como Estados Unidos las pruebas químicas realizadas en los últimos diez años “han identificado compuestos orgánicos volátiles tóxicos, ftalatos y otras sustancias preocupantes”. Indica el informe de (WVE).  Los ftalatos son compuestos químicos sintéticos que funcionan para generar flexibilidad a los polímeros y en el cuerpo actúan como disruptores endocrinos.

Una toalla con menos efectos sobre las personas menstruantes tendría que ser con algodón orgánico al 100%, libre de polímeros, blanqueamiento sin cloro, sin perfumes y colorantes. 

Toallas chinas y de otros países

Esta investigación identificó 18 titulares que tienen Notificación Sanitaria para comercializar toallas higiénicas, algunos fabrican, venden y exportan, otros importan usualmente de China y venden en Colombia, como es el caso de las marcas: Esbelta (que se comercializa en Norte de Santander), Valentina y LadySoft.  

Es importante reconocer que una marca puede tener varias referencias y esas a su vez han sido cada una fabricada en diferentes países, el caso de Kotex que fabrican toallas en Perú, Costa Rica y China.

Estados Unidos y China son los mayores exportadores de celulosa en el mundo. El mercado de toallas de China se ha convertido en una de las industrias con una importante participación en Asia. Tiene sentido tanto como para multinacionales o para quienes están entrando en el negocio traer toallas de maquilas china para lograr competir en el mercado con las empresas fabricantes en Colombia. 

Green World Colombia tiene 3 Notificaciones Sanitarias expedidas para importar y vender. En Colombia a través de venta multinivel y franquicias de distribución comercializa la marca “Enjoyable”, son fabricadas en Zhejian Neverpause Sanitary Products, empresa China. En el mercado colombiano tiene el doble de costo de una toalla de supermercado porque tiene dentro sus componentes  turmalina,  ingrediente que asegura uno de sus distribuidores “disminuye el dolor menstrual y equilibra el ph vaginal”.     

Los mismos componentes en distintas marcas

“Yo miro que sean resistentes, que no se noten cuando uso leguis y que no sean tan largas y nunca he mirado quién produce la marca que uso”, cuenta Mari Herrera que vive en San Basilio de Palenque.

En la industria de toallas se encuentran las “marcas blancas” o en el mercado asiático se refieren a servicios OEM que vienen de las siglas en inglés: Original Equipment Manufacturer, que significa Fabricante de Equipo Original. Las dos referencias de mercado son empresas que fabrican un producto para que otra empresa lo venda con su propio nombre. 

En Colombia quienes ofertan este servicio son Produsa Zona Franca S.A.S, Absorbentes de Colombia S.A. y Productos Familia. Todas con plantas de producción en zonas francas de Antioquia y cada empresa tiene varias Notificaciones Sanitarias que les permite ser el proveedor para que otras empresas pongan su marca y una de esas Notificaciones es la marca de la propia empresa. Veamos: 

La marca Ekono del éxito, Toallas Colsubsidio, Toallas Alkosto, Toallas Farmatodo es fabricada por Produsa para estas cadenas de supermercados y tiene la marca propia “Ellas” que distribuye. Las toallas que vende el supermercado Olímpica con su nombre o “Mollis” de venta en Ísimo y Dollarcity las fabrica Absorbentes de Colombia y posiciona su marca “Angela”. Las toallas “Fresh & Free” las fabrica Productos Familia para el D1 y la marca por la cual se les identifica es “Nosotras”. 

Al hacer un comparativo entre componentes de las toallas entre la marca de distribución propia de la empresa y las toallas de marca exclusiva del almacén no varía mucho en los componentes que se muestran en las etiquetas, la variación sucede en el precio. Los almacenes de cadena tienen la práctica de tener sus propios productos como una estrategia de reputación de marca “para que el cliente identifique qué comprar en ese almacén es más barato cuando se compra la marca del almacén”, explica una mercaderista.  

Grandes y los raros del negocio

Las grandes empresas en el negocio de toallas son: Productos Familia, empresa del grupo empresarial sueco Essity AB con la marca “Nosotras” quienes tienen 4 plantas de producción en Colombia, 1 en Ecuador, en República Dominicana y en Argentina. Dado esto es posible encontrar algunas referencias de toallas que generalmente fueron fabricadas en las plantas de Ecuador o Argentina y finaliza su proceso de producción en Colombia. Hay referencias según su registro Invima que ha tenido hasta tres fabricantes como, “Nosotras Natural Invisible Clásica, tela ajuste seguro”

La multinacional en Colombia controla 5 empresas, esto le permite con diferentes Nit solicitar NSOA para distintas referencias que tiene la marca. A corte de marzo de este año  tenía 65 Notificaciones vigentes de solo toallas, esto sin contar su linea de protectores diarios y tampones. 

Cuentan con la certificación forestal para producir pulpa química blanqueada, esto les permite ser fabricantes- distribuidores y tener alta presencia y posicionamiento de mercado en países de Sur América y El Caribe. Esto representa que las toallas que se producen en Colombia también se exportan.  

En Colombia Productos Familia ha tenido acciones en la sociedad Poblado Country Club en Medellín. Miembros de su junta directiva tienen una red de inversiones, entre ellas:  Brinsa, quienes producen las marcas Refisal y Blancox; La Reforestadora Los Retiros, una empresa agroforestal antioqueña controlada por Valores Industriales S.A., Productos Químicos Panamericanos S.A, Promotora de Proyectos S.A. dedicada a la creación de empresas agroindustriales, lo que evidencia una compleja red de relaciones empresariales y de actividades comerciales. 

Las empresas estadounidenses: Kimberly Clark con la marca “Kotex”, Jhonson & Jhonson, con la marca “Stayfree”, Procter & Gamble con la marca “Always”; la empresa panameña Grand Bay International S.A que controla a GB Biopacol Andina ubicados en Pereira quienes tienen la marca “Suave Active Care” y  Softys S.A. empresa chilena con su marca “LadySoft”.  

En los raros del negocio está Procter & Gamble que tiene una Notificación Sanitaria para la marca “Naturella” la cual esta investigación no encontró donde se vende. Lo mismo sucede con la empresa barranquillera Global Nutra Products; las antioqueñas, Inversiones Jimar Comerciales S.A.S., Bzzworld Colombia y las constituidas en Bogotá Wingroup Colombia y Vadel. Las marcas que aparecen en la Notificación Sanitaria algunas están asociadas a nombres de marcas que se comercializan en otros países y en Colombia aún no se venden. Establecimos comunicación con todas estas empresas y al cierre de esta edición ninguna respondió por qué tienen Notificaciones de toallas que no se venden. 

En el negocio tambien se encuentra la empresa antioqueña Velas y Velones San Jorge SAS, conocida por la venta de velas, tiene una Notificación para comercializar la marca “lubafem” de toallas que se fabrican en China, pero no es claro donde las venden y comercializan oficialmente a través de la empresa la marca “Hey lady” fabricada por Absorbentes de Colombia.

El Invima señala que, “las notificaciones son declaraciones juradas en las que un titular informa que pretende iniciar la comercialización de un producto cosmético, la cual se podría iniciar en cualquier momento de los 7 años que tiene la vigencia de la NSO”. 

Anualmente, la Superintendencia de Sociedades publica el listado de las 9.000 empresas más grandes del país, teniendo en cuenta variables como ingresos y  ganacias.  Con datos de los estados financieros de 2023, en su último reporte publicado del año 2024, se encuentran las marcas blancas: Absorbentes de Colombia y Produsa; las empresas: Softy Gachancipa , Productos Familia Rionegro y Biopacol. Y aquellas que estan entrando al negocio aparecen Jin Mao y Velas San Jorge, aunque aparezcan en el listado de seguro no es por la  venta unicamente de toallas, esta actividad si contribuye a sus ingresos totales. Esto demuestra lo rentable que puede resultar el negocio de las toallas. 

Azules, mamás y regalos para fidelizar 

La marca que uso es porque dice en las comerciales que es recomendada por los dermatólogos y ahora que lo pienso salen actores con bata blanca, en realidad no es personal médico”, analiza Alejandra Ballesteros quien vive en Manhates, Bolívar. La publicidad y el etiquetado siguen mostrando el sangrado menstrual de color azul, blanco o en colores tenues, “es una representación hegemónica de la menstruación que distancia a las personas menstruantes de la realidad y también configura estas ideas de asco y de no verla porque es sucio, por eso los empaques traen más envolturas plásticas para que no se vea en la caneca del baño”, menciona Bermúdez.  

“Cuando inicié mi menstruación mi mamá era la que me compraba las toallas y con esa marca me quedé” dice Alejandra. La mayoría de mujeres inician su menstruación entre los 10 a 14 años. La decisión de compra aparece como una transferencia de confianza de generación en generación que afianza para los criterios de compra el nombre de la marca y sus atributos que dice tener. 

“Me acuerdo mucho que en el colegio siempre había campañas y (…) nos llevaban todo tipo de toallas higiénicas, protectores, tampones y cuando inicie a menstruar, pues use estas que nos habían regalado”, menciona Daniela. Varias empresas visitan colegios para hacer talleres de gestión menstrual y salud reproductiva, esta es una estrategia comercial que tiene varios alcances, el primero es una táctica de aumentar la reputación y posicionamiento de la marca; el segundo, las filiales de empresas del norte global que operan en el sur global deben presentar informes de sostenibilidad en donde indican que tienen impactos sociales, esta acción suma a los indicadores que deben presentar de buenas prácticas corporativas y la tercera es una estrategia de fidelización de cliente.   

Historias rojas  

El 27 de febrero de 2024 el INPEC asignó 967.248.000 millones de pesos para la adquisición de toallas, rubro que es distribuido entre los centros de reclusión que cuenta el país y es el “director de cada cárcel quien realiza el proceso de contratación y adquisición”, explica el INPEC. 

Al 27 de marzo de este año hay 1.733 mujeres en prisión intramural en la cárcel El Buen Pastor, de ellas 1.728 menstrúan. El 21 de agosto de 2024 esta cárcel adjudicó un contrato a Comercializadora Vinarta SAS para la compra de 28.981 paquetes de 10 unidades. Si se dividiera esto en partes iguales, técnicamente a cada mujer le correspondería 16 unidades aproximadamente, pero la realidad no funciona así.

Anteriormente las personas menstruantes privadas de la libertad “recibían una dotación cada 3 meses entre 10 a 15 toallas eso puede ser poco para mujeres que tienen mucho sangrado”, describe Gabriela Aldana integrante de Mujeres Libres, organización que realiza acompañamiento a mujeres privadas de la libertad. Con la expedición de la Ley 2261 de 2022 que garantiza la entrega “gratuita, oportuna y suficiente de artículos de higiene menstrual”, se espera que esta realidad cambie, pero su implementación ha tardado.

El 10 de julio de 2024 se expidió la Resolución 1235 donde señala que se debe tener en cuenta la frecuencia, duración y cantidad del sangrado y según estas características las mujeres privadas de la libertad tienen el derecho acceder a más números de toallas.  

Según reportes del centro penitenciario entre los meses de septiembre, noviembre y diciembre del año pasado, cada mujer recibió 3 paquetes (x 10 unidades) y realizaron entregas adicionales para aquellas que cuentan con un diagnóstico médico.

Calculando que una persona menstruante tiene un ciclo de 5 días y cumple con la indicación de cambiar su toalla cada 4 horas, usa 5 toallas aproximadamente por día, es decir, 25 al mes. Esta persona necesitaría dos paquetes de toallas. Es de advertir que esto no funciona para todas las personas menstruantes, habrá las que necesitan más toallas en su ciclo o menos.     

Ahora, hagamos un zoom en el contrato adjudicado a Vinarta, este fue por 275.319.500 millones, el contratista oferto la referencia de la marca Nosotras Natural Invisible Clásica Cur-V por un valor unitario de 9.500, superior al valor comercial que se puede encontrar en tiendas y supermercados.

Ante ello la cárcel responde que el área de Atención y Tratamiento -Trabajo Social a partir de “estudios, cotizaciones adquiridas” estableció como precio base 9.645 pesos y “fue el precio base para que los diferentes proveedores ofertarán un valor similar” y se adjudica a Vinarta porque fue quien ofertó el menor precio con las especificaciones requeridas que fueron: “marca Nosotras de buena calidad, cubierta Rapisec (…)”

Aunque el aumento de precio se puede contemplar respecto a los costos que le puede implicar a un contratista presentarse a una licitación pública, aparece otra pregunta ¿cómo el área encargada de Trabajo Social sabe que es mejor una marca que otra? y volvemos al tema de la reputación y confiablidad de marca sin criterios técnicos.  

***

Es fundamental que las personas menstruantes demanden transparencia a las empresas de toallas higiénicas sobre los ingredientes que utilizan. No basta solo con rotular: ‘polipropileno’, ‘polietileno’, resultan terminos  imprecisos, porque son ingredientes que pueden estar en diferentes capas de las toallas o del empaque. 

Los consumidores tienen derecho a conocer la composición exacta de los productos que adquieren y  tomar decisiones informadas más allá de las afirmaciones publicitarias, ya que en el uso de toallas se genera  una exposición quimica silenciosa a largo plazo y que resulta acumulativa.    

*Esta investigación fue financiada por FOKUS. Los hallazgos presentados en este reportaje son únicamente responsabilidad de sus autores y no reflejan la opinión o postura de la organización mencionada.

Publicada a las 05:00 pm