Fabio Castillo (1959 -2025): adiós al reportero que desenmascaró a
Pablo Escobar
(30/10/2025)
“Ningún periodista puede tolerar que existan en el país temas tabú, y el de la mafia pretende ser el primero”. La frase, una de las primeras con las que se encuentra el lector del ‘Los jinetes de la cocaína’ (1987), resume perfectamente la vida periodística de Fabio Castillo, el legendario periodista que, en pleno auge del Cartel de Medellín, miró de frente al narcotráfico y, particularmente, al más oscuro de sus representantes: Pablo Escobar Gaviria.
Castillo, fallecido este 28 de octubre a los 65 años, comenzó su carrera como periodista en la cumbre. A los 20 años, tras ingresar a la redacción del diario El Nuevo Siglo, ganó una mención de honor en el premio de periodismo Simón Bolívar por el reportaje ‘Así se soborna en Colombia’, donde se ponían en evidencia las mañas y trucos de muchos funcionarios para lograr favores, dádivas y agilizar de trámites a su favor.
Poco tiempo después de ese logro llegó a la que sería su casa durante más de 37 años: El Espectador. Allí, de la mano de su director Guillermo Cano, tuvo siempre un objetivo muy claro: investigar al poder y a los tentáculos corruptores de la mafia que lo habían cooptado. Y sí que lo logró, pues en 1983 una investigación suya destapó los antecedentes criminales de un nuevo representante a la Cámara que había llegado al Congreso respaldado por fajos de billetes y políticos alcahuetas: Pablo Emilio Escobar Gaviria.
Y ese fue un tremendo punto de giro para Fabio, para El Espectador y para Colombia. Dejar en evidencia a uno de los peores criminales del país, le costó un doloroso ajuste de cuentas que, el 17 de diciembre de 1986, se materializó con el asesinato de su director y mentor Guillermo Cano.
Pero Castillo no se silenció. Bastó poco menos de un año de ese crimen para contraatacar desde su mejor trinchera: el periodismo investigativo. En 1987 publicó su obra cumbre: ‘Los jinetes de la cocaína’ donde, con rigor, documentos y testimonios, puso en evidencia el poder de los capos del Cartel de Medellín, en cabeza de Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha y del Cartel de Cali, liderado por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela.
El libro desnudó a un país totalmente secuestrado por los narcos: Congreso, cortes y hasta el fútbol se vieron salpicados por las denuncias de Castillo. Y fueron los años en que la guerra entre el Estado y el narcotráfico arreció. Magistrados, policías, jueces, árbitros de fútbol y tres candidatos presidenciales (Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro León Gómez) cayeron bajo las balas de los mafiosos.
Y Castillo estaba en la mira. Sabía que la muerte lo tenía acorralado. Pero no huyó hasta cumplir su cometido. En una de sus últimas apariciones públicas, hace 11 meses en el podcast Alerta Crónica, relató cómo su única preocupación era entregar el libro: “Tan pronto está el libro entregado, qué maravilla. ¡Lo logramos!”. Y entonces, pese a que no quería, debió salir del país. Pero no sin antes enfrentar al criminal por teléfono en un episodio que ya es leyenda: “Me llamó Escobar y me comenzó a putear. Y yo le dije ¿Cuántos años tiene Manuela (hija recién nacida del capo)? Usted acérquese a mí y yo me acerco a Manuela y vamos a ver quién corre más”. El temido narcotraficante no supo qué responder. “No estaba acostumbrado a eso”, rememoró entre risas en la entrevista. La familia siempre fue el punto débil del capo.
Tan valiente como sencillo, Fabio, el hombre que desenmascaró el narcotráfico y su alianza con el poder, el reportero laureado, el ganador de premios y reconocimientos, tuvo hasta el final muy claro su rol en el mundo: “Quiero ser recordado como el biógrafo de una pésima historia”.
Fuente de inspiración para Cuestión Pública
Para Cuestión P, Fabio no era solo un periodista; para nosotros fue el padre del periodismo investigativo que hoy intentamos replicar con nuestras notas. Fue un faro de cómo hacerlo y por eso hemos retomado varias de sus publicaciones.
En nuestra investigación El apartamento de soltero del expresidente Uribe, retomamos su trabajo publicado en el libro Los jinetes de la cocaína, en el cual revela antecedentes de narcotráfico del clan Ochoa Vásquez.
Esta investigación sobre Los jinetes de la cocaína aportó tanto a la historia del país que fue incluida en el archivo de la NSA, ubicado en la Universidad George Washington, donde se identifica a Pepe Dominguín – agente de Dayro Chica – como era testaferro de Escol, una compañía de los Ochoa. En 2022, nosotros revelamos que el expresidente Uribe le compró una finca “al consentido de la mafia”, es decir, a Chica.
Hoy, mientras seguimos rastreando verdades incómodas y abriendo las puertas que muchos prefieren mantener cerradas, recordamos que Fabio ya había recorrido ese camino. Nos enseñó que el periodismo investigativo no es solo una profesión, sino un acto de responsabilidad con la memoria del país.
Su legado no se mide solo en páginas publicadas o investigaciones reveladoras, sino en la valentía que sembró en generaciones que decidimos incomodar al poder y contar lo que otros callan.





