Uribe le compró finca “al consentido de la mafia”
(05/02/2022)
Álvaro Uribe y Fernando Urrea Arbélaez decidieron cerrar el año con un último negocio. El 31 de diciembre de 1980, en la notaría 5 de Medellín, ambos sellaron la compra de una finca ubicada en Copacabana, Antioquia, a la empresa Agropecuaria El Cortijo.
La propiedad había sido comprada por Dayro Chica en 1977. Dos años después, fue adquirida por Agropecuaria El Cortijo, empresa de la que Chica era accionista. Finalmente, fue esta compañía, de la que Chica era dueño, la que le vendió a Uribe y Urrea. Para antes de 1981, Chica ya había trabajado para los Ochoa.
La finca que adquirieron ambos se llamaba El Cabuyal. Estaba conformada por cinco lotes, que incluía una casa grande con habitación. La compra se efectuó con la escritura 7113 por $755.000, que hoy equivaldrían a $112 millones.
Estos amigos se harían más cercanos con el tiempo. Urrea, hijo del fundador de Leonisa (cuya familia que continúa como dueña de esta marca), fue gerente de Teleantioquia durante la gobernación de Uribe. Sin embargo, ninguno ha profundizado en este hecho, pese a haber ostentado cargos públicos.
Cuestión indagó sobre esta transacción con base en el debate sobre Uribe y parapolítica del senador Iván Cepeda de 2014 y sigue profundizando en los negocios que hizo el exsenador del Centro Democrático con fichas de capos de la droga como Dayro Chica.
El rejoneador consentido de los Ochoa y el Mono Abello
De acuerdo con el libro Los Jinetes de la Cocaína del periodista Fabio Castillo, Dayro Chica “ingresó a la mafia gracias al clan Ochoa, y llegó a ser uno de los hombres importantes en el narcotráfico”. Según Castillo, Chica empezó como peón del clan Ochoa y mesero en el Estadero Las Margaritas de esa familia, hasta que el clan le dio una misión: ir a España a comprar una plaza de toros portátil llamada La Nacional. Una vez conseguida, Chica la llevó por un centenar de municipios del país, de acuerdo con el libro.
Como premio a su labor, los Ochoa le regalaron “varios caballos de paso fino, por lo que figura hoy como uno de los grandes rejoneadores de América”. Recordemos que otro de los hombres encargados de herir con el rejón al toro admirado por los Ochoa era Alberto Uribe Sierra, padre del expresidente Álvaro Uribe. Incluso, en su libro Mi vida en el mundo de los Caballos, el padre de los narcos, Fabio Ochoa Restrepo, habló de reuniones entre Alberto Uribe Sierra y Dayro Chica.
Las andanzas de Chica señaladas por Castillo llegaron a los oídos de las autoridades estadounidenses. Cuestión Pública constató que un documento desclasificado del Departamento de Defensa de ese país del año 2007 suministrado por el archivo de la NSA ubicado en la Universidad George Washington, incluyó un resumen de lo encontrado por Fabio Castillo con el asunto: “control de narcotraficantes del deporte colombiano”. El informe dice que el agente de Chica, Pepe Dominguín, era testaferro de Escol, una compañía de los Ochoa.
A su vez, los periodistas Fernando Garavito y Joseph Contreras calificaron a Chica como “el consentido de la mafia”, en particular de los Ochoa, en su libro “El señor de las sombras”.
De acuerdo con la investigación “Los caballos de la cocaína” de la periodista Martha Soto, “la fortuna de Dayro Chica estuvo congelada”. Soto agregó que entre los amigos de Chica también estaba el narco samario José Rafael ‘Mono’ Abello, “jefe del cartel de la costa en alianza con Pablo Escobar y los Ochoa”. Como cuenta la periodista, su amistad llegó al punto de que Chica le enseñó al Mono Abello el oficio del rejoneo como fachada para evitar la captura de la DEA.
Los primos desconocidos
Entre los dueños de la empresa Agropecuaria El Cortijo que le vendió la finca a Uribe no solo estaba el amante de los toros, Dayro Chica. También los hermanos Vélez Mesa, primos segundos de Álvaro Uribe, hijos de su tío abuelo por lado materno, Gabriel Vélez Ochoa.
Jorge Vélez además sería una de las personas que posó para una foto con el narco Fabio Ochoa Vásquez y Santiago Uribe Vélez, ganadero hermano del expresidente Uribe —quien está a la espera de una sentencia por el caso del grupo paramilitar Los doce apóstoles—. En la imagen en mención, entre Jorge Vélez y Santiago Uribe estaba Mario Vélez Ochoa, primo segundo de ambos, quien según una publicación del diario El Nuevo Herald de Miami, era uno de los fundadores del grupo paramilitar Los Erre. La foto viene del libro de Fabio Ochoa, padre del narco Fabio Ochoa Vásquez.
“No, no le contesten a esos a hijueputas”
Como reveló Cuestión Pública en El apartamento de soltero, tan solo un año antes de que Uribe le comprara la finca a la compañía de Dayro Chica y los Vélez Mesa, el expresidente ya había tenido negocios con otra ficha de los capos Ochoa, su cuñado Israel Londoño, que además fue compañero de colegio del expresidente.
Nuestras preguntas a su asesora María Claudia Daza, más conocida como la ‘Caya’ Daza sobre la transacción, suscitaron un madrazo del exsenador del Centro Democrático contra este medio: “No, no le contesten a esos hijueputas (de Cuestión Pública)”, como dio a conocer Noticias Caracol.
1. @cuestion_p rechaza que el expresidente @AlvaroUribeVel y el representante a la Cámara @juanmadaza hostiguen nuestra labor periodística con apelativos que van en contra de libertad de prensa y expresión por revelar investigación #ElApartamentoDeSoltero (...)
Además, desde la Aeronáutica Civil, Uribe le dio una licencia a Israel Londoño para operar un helicóptero, como lo contó el periodista Daniel Coronell. En esa misma aeronave, pero en el 2006, murió en extrañas circunstancias Pedro Juan Moreno quien fue secretario de Gobierno de Uribe en la Gobernación de Antioquia (1995-1997).
Uribe únicamente ha respondido con un comunicado en el que aseguró que nunca ha usado testaferros, pero no ha dado suficientes explicaciones sobre sus conexiones con algunas fichas de los Ochoa.
Al cierre de esta publicación, CP le había enviado preguntas a Uribe, Urrea y Dayro Chica. En caso de que lleguen sus respuestas, las incluiremos en este artículo.