González Airlines: el exclusivo vuelo de la familia del general

(29/03/2021)

Un vuelo oficial partió de Florencia, Caquetá, a Bogotá en vísperas de navidad pandémica. Viajaban la esposa del general de la Policía Julio César González Bedoya, su hija, un acompañante y dos perros. Una de las mascotas se vomitó. Bajaron a dos policías porque “no cabían”. Bienvenidos a González Airlines, en donde usted exige su asiento y acomoda a su perro en una silla si es cercano a mi general. Tome asiento y disfrute el viaje.

Por: Andrea Rincón de El Escarba Bajo. Ilustración: Rowena Neme.

El vuelo partió de Florencia el 21 de diciembre de 2020 a las 10:00 de la mañana. Era lunes. Ese fin de semana se había llevado a cabo una audiencia pública ambiental para discutir sobre el polémico regreso de la aspersión aérea con glifosato, así que varios representantes de los ministerios de Justicia y de Defensa, de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y de la Policía Antinarcóticos esperaban devolverse a Bogotá como estaba programado.

Faltaban tres días para navidad. Pero no todos regresaron ese día. Según dos fuentes que estaban en el lugar, “dos suboficiales que apoyaban a la Policía Antinarcóticos en la audiencia” tuvieron que bajarse del avión por “órdenes de un coronel” para cederles su lugar a la esposa del general González, a su hija y a un acompañante de ellas y dos animales domésticos.

¿Usted no sabe quién soy yo? 

Todo empezó cuando la esposa del general, Carmen Lucia López Franco, quien trabajó en la Contraloría General de la República en 2019, su hija, dos mascotas y un acompañante abordaron el avión Dash 8-300 con matrícula PNC0248 de la Policía Nacional. Se trata de un avión pequeño con capacidad para transportar unos 50 pasajeros y cinco tripulantes. 

Al entrar, el acompañante de las dos mujeres le dijo a una persona de la tripulación que si quería evitar problemas se acordara que ellos habían indicado que se sentarían en cuatro sillas de la parte de adelante, según narró una de las fuentes consultadas por CP, que pidió reserva por miedo a represalias.

Foto proporcionada por fuente.

¿Para qué cuatro sillas si solo eran tres personas? La silla sobrante era para el perro que iba en guacal.

Por esa razón, las personas que ya estaban sentadas en la parte delantera del avión tuvieron que pararse y cambiar de lugares. Ahí fue cuando los dos funcionarios de la Policía tuvieron que bajarse porque “no cabían”. Al percatarse del hecho, uno de los agentes de la tripulación le pidió el favor a la señora de que pusiera al perro en el piso. El acompañante respondió a la defensiva alegando que había sido grosero, que respetara y que se iba a quejar con sus superiores de aviación en Bogotá. 

Algunos testigos del hecho pudieron notar la preocupación del tripulante, al punto de que uno de sus compañeros le preguntó a un general que formaba parte de los pasajeros que si tenía cupo en su división por si lo llegaban a sancionar.

“No tengo los pormenores”

La versión que el general González Bedoya entregó a Cuestión Pública es contradictoria. Primero señaló que ese diciembre:

“Mi familia fue a visitarme, tratar de pasar navidad”. 

Pero cuando le reiteramos que si para la época del vuelo su familia vivía en Florencia, respondió:

“Sí, claro, yo estaba radicado allá, pero no estaba en Florencia cuando sucedió el evento de mi hija”

Al evento se refiere a una situación de urgencia que, según él, hizo que su esposa y su hija abordaran ese vuelo de la Policía. 

“No es ningún viaje de paseo, ni de visita, ni absolutamente nada de eso. Fue una situación de carácter médico. Para mí es una emergencia cuando se tiene una situación de carácter cerebral. En Florencia no había los medios para determinar la causa de lo que se le estaba presentando a ella”.

Pero cuando le preguntamos por qué, si era una emergencia, su esposa y su hija iban con dos perros y un acompañante, dijo: “ah no no, muchacho si no. Que yo sepa, pues iba mi esposa y mi hija”.

Luego agregó: “La verdad no puedo decirle con lujo de detalles porque no tengo los pormenores de qué sí o qué no”. Nunca respondió sobre las mascotas.

Un trayecto vomitivo 

Al final, el avión salió desde el aeropuerto Gustavo Artunduaga Paredes de Florencia, Caquetá,  con dos perros, uno pequeño que iba cargado y otro más grande, que iba en guacal.

Fuente: www.zona-militar.com

Una fuente señaló que, cuando llegaron a Bogotá, los pasajeros de la parte media del avión pudieron ver que uno de los perros se había vomitado en la silla. 

En el manifiesto de carga que la Dirección Antinarcóticos envió a Cuestión Pública no se indica que llevaban animales y que por dicha razón se tuvieron que bajar dos pasajeros que sí estaban contemplados para viajar desde un principio.

¿Y eso por qué me afecta?

Aquí viene la parte que nos toca a todos. Esos viajes exclusivos de la familia del general nos cuestan plata. 

“El avión es matrícula Policía Nacional, por ende, quiere decir que todos los costos relacionados con el avión: pilotos, mantenimiento, combustible, están financiados con presupuesto nacional que destina el Ministerio de Hacienda, que proviene de nuestros impuestos. Cualquier avión de la Policía funciona así”, le dijo a Cuestión Pública un coronel retirado de la Policía Antinarcóticos.

Los testigos dijeron que decidieron denunciar movidos por la indignación que les ocasionó este viaje que calificaron como un claro “abuso de poder y gasto de recursos públicos” por parte de la familia del general González Bedoya. 

Uno de los casos similares ocurridos ese mismo año fue el 7 de febrero de 2020. El avión Fokker 28 de la Fuerza Aérea Colombiana fue utilizado para llevar a la primera dama, Maria Juliana Ruiz, y a los hijos del presidente a Panaca. En esa ocasión la Casa Militar se pronunció alegando que bajo las funciones de la FAC está garantizar la seguridad de la familia presidencial.

González Bedoya, un general en ascenso

Fuente: Twitter @Region8Policia

Según un perfil que realizó El Tiempo, el general es un bogotano que ha pertenecido a la Policía desde 1987. En 2017 fue uno de los 14 hombres que viajaron a Italia a prepararse en temas de seguridad para escoltar al papa Francisco durante su visita a Colombia. Ha viajado a Alemania, Suecia y Chile a prepararse en temas de seguridad además, fue jefe de protección del Congreso de la República.

El 8 de diciembre de 2020, once días antes del vuelo, se realizó la ceremonia en la que González Bedoya fue ascendido de brigadier general a mayor general de la región número 8, que abarca Atlántico, Cesar, Sucre, Guajira, Bolívar y Magdalena. Y se encarga de dirigir planes para garantizar la seguridad de los habitantes de dichos departamentos. En enero de 2021, González asumió el cargo. La trayectoria del general no ha sido cuestionada hasta ahora. De hecho ha tenido condecoraciones en varias ocasiones por su labor en la Policía Nacional.

Su esposa, Carmen Lucía López Franco, es oriunda de Florencia, Caquetá y como él, también ha ocupado cargos públicos. Trabajó en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Ministerio del Trabajo.

Cualquier solicitud comunícate al correo david.tarazona@cuestionpublica.com

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