Mi voto por Estamos Listas

(12/03/2022)

Por: Diana Salinas

La atravesada se toma esta columna. Soy la versión feminista de la periodista en cuestión, una versión que se alimenta en las noches (especialmente), con una dosis de refuerzo cada 8 de marzo. Y como estoy llenecita de poder y es de noche, aquí va:

Voy a partir de un principio personal para llegar al colectivo. Así de seria comienza la Diana este escrito. Pero me subo a este texto, ve: 

—Señoras y señores, jovencitas y jovencitos, niños y niñas les anuncio que me acabo de tomar esta columna que tan solo tiene un renglón escrito; no, no teman, nada malo les va a pasar, estas palabras con las que estoy armada solo harán daño si ustedes lo quieren… Podría estar de mochilera comprando aquí y allá, pero prefiero subirme a este humilde espacio a pedirles un votico de manera honesta y humilde, a convencerles del por qué el partido Estamos Listas necesita de ustedes. 

… Por paridad, sí, hacelo por paridad, señora, señorita, jovencita, amiga o enemiga votá por Estamos Listas al Senado. Que, ¿por qué? De todos los partidos, es uno de los tres que cumple con la paridad en las listas de candidatas y candidatos, o sea, lo que es la paridad en sí. No es la parla del 30% que rige hoy. Tienen experiencia política. Esperate, esperate te cuento: es un movimiento político fundado en el 2017 y,  en el 2019, lograron una curul en el Concejo de Medellín con 28.070 votos; lideraron la Convención Feminista en la que aclamaron la candidatura a la presidencia de Francia Márquez Mina (mi candidata a la presidencia)… ¡Ah, viste!

—¡¿Qué dice usted por allá, señora?!, ¿qué, por qué solo ruego por Estamos Listas al Senado y no por las mujeres del Partido Verde, por ejemplo?— Ah, sí, hay mujeres por las que vale la pena votar en ese partido, oís, eso es verdad. Pero es que Estamos Listas no cuenta con la maquinaria y el apoyo financiero de otros partidos.

—Y para el caballero por allá, el que acaba de preguntar por el Pacto Histórico, con su permiso le respondo: 31 mujeres y 41 hombres en sus listas al Senado. Ahora, seamos sinceras, votos no le van a faltar a ese Pacto. Por la Cámara le recomiendo que revise qué mujeres se lanzaron de candidatas por sus regiones en los distintos partidos y coaliciones. Pero es solo una recomendación, porque lo reconozco, hay hombres que vale la pena tener en el Congreso y otros que ya hacen bien la tarea. Es que no hay nada que me interese más que posicionar mujeres en el poder, que estén dispuestas a cambiar esta recocha, en su mayoría corrupta, del Congreso. Ah, sí, mijitas, así están las cosas. Así de frenteras. Nada de nervios.

—¿Querés más?, ¡va! Las necesitamos para que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que despenalizó la Corte Constitucional, sea ley; sino eso va a ser un cañengo tremendo. ¿Sabés por qué?, porque a un Congreso de hombres no le interesa legislar sobre esto; te doy pruebas:

“En el período comprendido entre 2006 y 2017, el Congreso de la República discutió 37 proyectos de ley relacionados con el aborto y la autonomía reproductiva: 51% de ellos en el primer período, 35% en el segundo y 14% en el tercero”. Es decir, no hubo interés de los y las congresistas —en los últimos 16 años— por legislar en esta materia. Tanto fue así que las mujeres que integran el movimiento Causa Justa tuvieron que acudir a la Corte Constitucional para lograr transformaciones en derechos y autonomía sexual, porque, de nuevo, con el Congreso no fue posible. ¡NO-FUE-POSIBLE!, señoras y señores.

—Que las mujeres no necesitamos más representación en el Congreso, que ya tenemos todos los derechos del mundo, ¿que dejemos así, que no jodamos más? —, dice alguien por allá que no da la cara. —Sí, sí, le escuché decirlo, señor. Pues vea, yo no sé si ustedes son conscientes que existe una vaina llamada feminización de la pobreza1, en la que el modelo económico impacta negativamente a las mujeres. ¿Ah, que no?, le cuento con datos, mijo:  en este país son más pobres las mujeres que los hombres: “Con un aumento del 8,5%, la pobreza tuvo mayor incidencia en los hogares con jefatura femenina, pasando del 38,2% en 2019 al 46,7% en 2020. En los hogares con jefatura masculina el aumento de la pobreza fue del 5,7% (pasó del 34,4% al 40,1%)”, según ilustró un artículo de Razón Pública.

Es que la feminización de la pobreza es la forma en la que el modelo económico impacta negativamente a las mujeres, entendelo, ve. “Las tasas de analfabetismo, el limitado acceso a la educación, la perpetuación de roles de género y la asignación del trabajo no remunerado hacen parte de los factores que acentúan la pobreza en las mujeres”, según un artículo  de Cuestión Pública (medio tan bueno, ¡carajo!).

Te ilustro, caballero, dama, joven y jovencita: según el DANE, la tasa de desempleo en las mujeres fue del 21% y la de los hombres del 12% en el 2020, año en el que la tasa total fue del 15%.  El indicador tuvo un aumento del 5,4% frente al 2019, que fue del 10,5%. 

Ahora te pregunto, sí, a vos, que estás molesto conmigo por dar alharaca: ¿no crees vos que hace falta un partido de mujeres en el Congreso para que los impuestos y las reformas tributarias no sigan recayendo, por defecto, sobre las mujeres?, convendría, a mi modo de ver, pues, que llegue un partido que analice las reformas y la legislación para que impacte en favor de la dignidad económica de las mujeres. De las madres cabeza de hogar que sostienen la economía de este país. 

Sí, te lo ruego a vos que valorás lo guerrera que fue tu mamá y tu abuela por sacarte adelante; para vos que vivís orgulloso porque tu hermana logró un gran puesto en una multinacional o para vos que decís preocuparte por una amiga que se divorció y ahora da tumbos para mantener un hogar sola, con dos hijos. Votá por Estamos Listas, tus mujeres necesitan que les des representación política en el legislativo, se lo debés.

Para legislar en materia de abuso, de acoso sexual. Se necesita a Estamos Listas en el Congreso para que diseñen maneras de frenar estas formas de violencia que, en muchos casos, termina en feminicidio y transfeminicidio, y no me digás que no. ¿Sabés cuántas mujeres y mujeres trans mueren asesinadas por presunto feminicidio? 630 en el 2020 y 622 en el 2021, según el Observatorio de Feminicidios en Colombia. Se necesita de Estamos Listas para que un partido en el legislativo se preocupe por bajar estos índices tan horrorosos de violencia contra nosotras… No, pero no me mal interpretés, se necesita también representación de mucha gente, lo sé, pero dejame abogar por Estamos Listas, ve. 

Y si todo lo que te he contado no te ha convencido, te cuento que van sin maquinarias, sin cacaos detrás, a puro pulso, por eso es que vengo a pedirte, sí, como pordiosera (si así querés insultarme) que le demostrés al país que se puede hacer política sin dineros corruptos, sin grandes riquezas, con independencia.

 —¡¿Quiénes son, pues?!—, grita una señora por allá. Ah sí, le respondo: son puras mujeres de distintas partes del país y diversas, muy formadas, eso sí, en estos temas. Aquí el programa por si querés leer más. Votá por Estamos Listas, lista cerrada, lo único que hay que hacer es marcar X en el espacio del tarjetón del Senado.

Te las presento, ellas son las senadoras que llegarán al Congreso con tu voto… Y con esta, señoras y señores, jovencitas y jovencitos, dama, caballero suelto esta columna rogona, arrodillada, atravesada y feminista. No es más. Chao, pescao.

Elizabeth Giraldo Giraldo: Ituanguina criada en Medellín. 40 años. Historiadora, especialista en Estudios Urbanos, maestra en Urbanismo. Es miembro activa de la Corporación Estanislao Zuleta y directiva de la Cooperativa Financiera Confiar. Gestora, formadora e investigadora para la divulgación cultural en sectores público y privado. Asesora política de la concejala Dora Saldarriaga.

Liza García Reyes: Bogotana criada entre Bogotá y Sibaté. 39 años. Psicóloga, magíster en Género, Identidad y Ciudadanía, doctora en Ciencias Sociales y Jurídicas. Como activista LBTIQ+, ha participado en diversas plataformas, como Colombia Diversa y la Plataforma LGBTI por la Paz y es parte de la organización feminista Catalana CooperAcció, siendo su representante en Colombia. Ha sido consultora y asesora para la transversalización del enfoque de género en diversas organizaciones, docente e investigadora.

Jessica Obando Correal: Montenegrina. 31 años. Abogada, especialista en derecho constitucional. Defensora de los DDHH de las mujeres, se ha desempeñado en atención de rutas, litigio estratégico y atención de mujeres víctimas de violencias basadas en género y personas con orientaciones sexuales diversas, como abogada y asesora de organizaciones feministas, como la Organización Yukasa Feminista.

Jessica Pereira Hooker: Sanandresana raizal. 43 años. Profesional en Terapias Psicosociales, maestrante en Equidad de Género. En lo social, ha hecho parte de la organización de mujeres raizales Cane Roots Asociation en el archipiélago y, profesionalmente, en el sector público y organizaciones como la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Coralina.

Magaly Belalcázar Ortega: Samanieguense residente en Florencia. 48 años. Lideresa campesina, defensora de la Amazonía. Es reconocida como educadora popular, defensora de DDHH en procesos comunitarios rurales y organizativos de mujeres y como defensora del Proceso de Paz en su región. Tiene experiencia en procesos de concertación nacional con organizaciones de la sociedad civil y entidades del Estado y en escenarios internacionales.

Lorena Bautista Riquett: Barranquillera. 33 años. Abogada. Es litigante con énfasis en Derecho Civil, Penal y de Familia. Defensora de DDHH. Asesora de organizaciones sociales de base y comunitarias y de mujeres víctimas de violencias basadas en género. Hace parte de la Fundación Matronas, Colectivo 8mBaq y Pañuelazo Caribe. Es gestora cultural y activista en la promoción del uso de la bicicleta.

Lorena Robayo Cárdenas: Bogotana. 34 años. Licenciada en Biología, especialista en Políticas Públicas con Justicia de Género. Es docente con experiencia en investigación, formulación, coordinación y administración de proyectos sociales y ambientales para mujeres, jóvenes, población LGBTI. Ha coordinado y desarrollado proyectos con organizaciones como la Fundación Qollana, Dignidad y Liderazgo, CORPIDENCU; en el sector público, con la Alcaldía Distrital y en Instituciones Educativas del Distrito, entre otras.

Miyu Alarcón: Bogotana. 37 años. Psicologue. Activista y defensore de DDHH, psicoterapeuta con experiencia de vida trans, no binarie. Ha dirigido y coordinado equipos psicosociales en organizaciones como la Red de Psicologia Feminista Transincluyente y la Corporación Casa del Oso. Consultora en el Instituto Distrital de La Participación y Acción Comunal – IDPAC, psicologue y promotora social en política pública LGBTIQ+ con el Distrito y promotora del deporte con población LGBTIQ+.

Mayra Gómez Castañeda: Guatecana. 41 años. Trabajadora social con enfoque en políticas públicas de primera infancia, infancia, adolescencia y familias, étnico, género y diversidades. Maestra en Desarrollo educativo y social. Es integrante de la Red Latinoamericana de Ciudades de Niñas y Niños y activista del Movimiento Nacional por la Salud Sexual y Reproductiva en Colombia. Ha sido docente en universidades públicas y privadas, consultora en la organización indígena ACDI VOCA L.A, asesora en ICBF y otras instituciones, y coordinadora de proyectos en convenios público-privados.

Rocío Nieto Alarcón: Barranqueña residente en Medellín. 55 años. Auxiliar contable empírica. Ha trabajado como secretaria y auxiliar contable con empresas y personas naturales. Es trabajadora en el cuidado de su hogar.

Cindy Navarro Arzuza: Barranquillera. Abogada. 33 años. Especialista en Propiedad Industrial, Derecho de Autor y Nuevas Tecnologías y en Derecho Comercial. Es Coordinadora de Propiedad Intelectual de la Oficina Jurídica de la Universidad del Norte y ha trabajado como abogada con Arnaldo Mendoza Torres Abogados Consultores y como Auxiliar Judicial del Consejo Superior de la Judicatura.

  1. Feminización de la pobreza: término acuñado por Diana Pearce, en Estados Unidos.

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