Foto portada por: Svetlana Tiourina

(25/06/2021)

Los fumadores chinos han enriquecido a la empresa de tabaco estatal, ahora, está lista para tomar el mundo

Con los mismos métodos que las “Big Tobacco” ‒las grandes empresas tabacaleras‒ emplearon en todo el mundo en décadas recientes, China Tobacco está usando la publicidad, la inversión y los proyectos sociales para influir en los gobiernos y en los consumidores, mientras inundan los mercados en países en donde los cigarrillos no pueden venderse legalmente.

Por Alessia Cerantola y Andrei Ciurcanu

Es la empresa tabacalera más grande de la que nunca haya escuchado hablar

Aunque la China National Tobacco Corporation (CNTC) produce casi la mitad de los cigarrillos en el mundo, casi la totalidad es consumo local.

Hasta hace poco.

En el año 2015, la empresa estatal CNTC sobrepasó la iniciativa de China llamada “Belt and Road”, una estrategia mundial para desarrollar infraestructura y comercio chinos que construyó la doctrina del país “Go global” (‘sal al mundo’). La empresa a la que, con frecuencia, se la conoce simplemente como China Tobacco, ha colocado los cigarrillos que comercializa en nuevos mercados en forma agresiva y expandido la producción de tabaco en otros países.

De acuerdo con lo expresado por Judith Mackay, una experta en la industria tabacalera mundial, “ellos buscan la dominación mundial y un lugar en el mundo. El dragón está rugiendo”.

Aun cuando la CNTC se ha desarrollado en la empresa tabacalera más grande del mundo, se conocen relativamente pocos detalles sobre este gigante sigiloso.

Periodistas de OCCRP y sus socios en los cinco continentes decidieron investigar las actividades de la CNTC y lanzaron el proyecto “China Tobacco Goes Global” (China Tobacco sale al mundo). Descubrieron que el conglomerado masivo había buscado una estrategia de expansión que es dudosa desde el punto de vista ético y, algunas veces, totalmente ilegal.

Inmersos en una vertiginosa red de subsidiarias, empresas tipo ‘Joint Venture’ y otras empresas ‒algunas con redes de contrabando‒ China Tobacco ha inundado mercados ilegalmente con sus marcas.

La empresa también ha estado comprando favores con consumidores a través de la publicidad y al fundar proyectos comunitarios locales y en el exterior ‒ambos infringen los compromisos de China respecto del Convenio Marco para el Control del Tabaco (FCTC por su sigla en inglés) ‒un tratado mundial supervisado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El museo del tabaco perteneciente al grupo Hongta de China Tobacco. Crédito: Rocco Rorandelli

En sus estrategias de expansión, la CNTC ha seguido el ejemplo del manual de estrategias de sus competidores en “Big Tobacco”, de acuerdo con lo que expresa Mackay, que asesora a la OMS en la implementación del FCTC.

Las empresas a las que se hace referencia colectivamente como “Big Tobacco” ‒Philip Morris International (PMI), British American Tobacco (BAT), Imperial Brands y Japan Tobacco International (JTI)‒ todas han sido objeto de escándalos que incluyen contrabando y publicidad poco ética.

“Como ejemplo, se podría argumentar que esto es justamente lo que China hace ahora”, expresa Mackay. “No es diferente de lo que han aprendido del resto del mundo”, continúa diciendo.

Y China Tobacco lo ha hecho bien. De acuerdo con estimaciones del año 2019 de su competencia más importante, PMI, China Tobacco controla aproximadamente 45 % del mercado mundial. Es una participación más grande que PMI, BAT, JTI e Imperial Brands combinadas.

Debido a que CNTC es una empresa de propiedad estatal, a diferencia de sus competidores en “Big Tobacco”, su éxito coloca al gobierno chino en una posición incómoda al trabajar directamente contra sus propias obligaciones en el FCTC.

Pero el dinero cuenta y China Tobacco es la cuarta empresa más rentable del país, según los autores de una publicación en el Global Public Health, en el año 2017. El conglomerado provee entre el 7 y el 11 % de los ingresos fiscales de China.

El foco de China Tobacco sobre las ventas locales ayuda a explicar sus puntos oscuros en otros países, según expresa Jennifer Fang, una de las autoras del documento y experta en el sector de tabaco en Asia en la Simon Fraser University en Canadá. Menciona que el mercado principal de la CNTC permanece en China y no es reconocido en el exterior y expresa: “Creo que esa es la razón principal que ha pasado inadvertida para los investigadores del control sobre el tabaco, instituciones, medios, etc.”

Pero esto está cambiando.

En los últimos años, Fang y sus colegas han estado documentando el impulso de China Tobacco para salir a mercados internacionales.

“Cuanto más investigamos, más nos damos cuenta de la agresividad de CNTC en su estrategia de globalización, dado que capta materias primas, productos, desarrollo de marca y operación”, continúa diciendo.

Cuando los periodistas investigaron esas estrategias, descubrieron que las subsidiarias de la CNTC proliferan en todo el mundo. Algunas de ellas se encargan de comprar hojas de tabaco y de fabricar cigarrillos. Subsidiarias en países como Brasil y Zimbabue se han convertido en piezas claves también en el cultivo, algunas veces, a expensas de productores locales.

Un paquete de cigarrillos Regina importados ilegalmente comprados en un puesto en Kiev, Ucrania. Crédito:
Kyiv Post

China Tobacco también está creando nuevos mercados ‒a menudo en países cuyas marcas no pueden venderse legalmente. La investigación de OCCRP revela que las personas y empresas relacionadas con CNTC han entregado cigarrillos a contrabandistas para su venta en el mercado negro en Europa y América Latina.

Es una estrategia bien documentada que PMI usó en Colombia en la década de 1990 cuando los cigarrillos Marlboro inundaron ilegalmente el mercado. El gobierno optó entonces por legalizar e imponer impuestos a la marca de PMI. Actualmente, Colombia está repleto de marcas como Golden Deer y Silver Elephant.

Un funcionario de la Aduana, en forma anónima, dado que no fue autorizado para hablar con los periodistas expresó: “Si alguien quiere entender qué ocurre actualmente, deberá ver lo que ocurrió en las décadas de 1980 y 1990 con los productores de la “Big Tobacco”.

En Italia, un funcionario policial expresó a OCCRP que sospechaba que la CNTC podría estar usando la misma táctica en ese país al alentar la proliferación de cigarrillos económicos que son contrabandeados en el país o, bien, fabricados ilegalmente allí.

“Los cigarrillos se llaman Regina ‒un nombre relacionado con la tradición italiana, el idioma italiano”, comentó Cosimo De Giorge, Jefe de Aduanas para la Guardia Di Finanza y continuó expresando: “parecen estar específicamente diseñados para atraer al mercado local. Esto podría ser también un caballo de Troya”.

Contrabando mundial

Regina y otras marcas se fabrican en la única fábrica de China Tobacco en Europa, ubicada cerca de un río y rodeada de colinas cerca de un bosque, a aproximadamente 140 km de Bucarest, la capital de Rumania.

Una subsidiaria llamada China Tobacco International Europe Company (CTIEC) es propietaria de la fábrica y sus cigarrillos se venden legalmente en toda Europa, mayormente en las tiendas libres de impuestos de los aeropuertos. Pero los cigarrillos fabricados en Rumania también se contrabandean más allá de las fronteras, algunas veces con métodos innovadores.

En una oportunidad, los periodistas descubrieron una red de personas relacionadas con el delito organizado, así como también un funcionario de la CTIEC. Formaban parte de una estafa elaborada para evitar pagar impuestos al contrabandear cigarrillos en Italia con un contenedor de embarque “clonado”.

Los oficiales de la Guardia di Finanza de Italia arrestan en 2016 a un hombre sospechoso de ser parte de una red de contrabando de cigarrillos CNTC fabricados en Rumania. Crédito: Guardia di Finanza

En primer lugar, los contrabandistas alquilaron un contenedor en el puerto italiano de Salerno, cerca de Nápoles y establecieron que ese sería el lugar para embarcar cigarrillos a Libia y evitar, de ese modo, el pago de impuestos europeos. Pero, en lugar de llevar a cabo esta operación, llenaron el contenedor con ladrillos y colchones baratos que pesaban lo mismo que un embarque de cigarrillos. Luego, compraron otro contenedor, lo pintaron del mismo color, aplicaron un rótulo con el mismo código de identificación y lo enviaron a la fábrica de CTIEC en Rumania para que sea cargado con los cigarrillos.

Rumania para que sea cargado con los cigarrillos.

A la policía de la frontera y los funcionarios de aduana se les mostró documentación que indicaba que ese contenedor clonado era legítimo y que podría volver a Italia, de camino a Libia. En realidad, sería contrabandeado en toda Europa y vendido ‒sin pagar impuestos‒ en el mercado ilegal.

O, por lo menos, ese era el modo en el que supuestamente iban a proceder.

Desafortunadamente para los contrabandistas, la policía se enteró de la estafa, a los que los fiscales italianos luego se refirieron como “ingeniosa”.

La policía italiana intervino los teléfonos de los miembros de la red delictiva. Uno de los principales sospechosos era una ejecutiva de marketing de la CTIEC, de acuerdo con las transcripciones de las intervenciones a los teléfonos obtenidas por la OCCRP. Los fiscales mencionaron que ella había estado coordinando durante meses con los contrabandistas, que tenían relación con la Camorra, la organización delictiva napolitana.

Los datos de la Aduana obtenidos de Italia también demostraron que se habían contrabandeado treinta toneladas de cigarrillos chinos a ese país desde Ucrania en los últimos dos años. Estas mismas marcas de cigarrillos estaban entre los quinientos millones exportados en los últimos siete años de la fábrica rumana a Ucrania, en donde su venta está prohibida. Algunos fueron llevados por empresas que actualmente son objeto de investigación de contrabando.

Además de a los países de la Unión Europea, los cigarrillos fueron llevados a zonas de conflicto, incluso Libia e Irak.

En otro lugar del mundo, los periodistas descubrieron otro nodo de contrabando de cigarrillos chinos en una zona de libre comercio a la entrada del Canal de Panamá, en donde el experto colombiano en delitos, Daniel Rico denominó la “Disneylandia del contrabando”. Al rastrear el origen de cigarrillos de contrabando hallados en Colombia, ‒¿en dónde más? ‒, los periodistas encontraron un rastro de empresas ficticias que llega hasta la CNTC.

Esta red de empresas se extiende hacia el norte a México, Texas y luego a Vancouver en Canadá. Pero la mayoría de los cigarrillos chinos que pasan a través de Panamá se dirigen a Sudamérica ‒aun cuando Chile es el único país en el continente con un mercado legal para estos.

En junio del 2020, las autoridades colombianas llevaron a cabo una redada histórica de cigarrillos chinos y confiscaron casi lo suficiente para cada uno de los cincuenta millones de personas del país fume dos. Habían sido fabricados en China y embarcados a Colon, luego dieron vueltas por el Caribe ‒se detuvieron en Jamaica y Aruba‒ antes de llegar finalmente a la costa colombiana de Cartagena.

Daniel Rico, a cargo de la empresa de investigación C-Analisis, en Colombia sostiene: “el contrabando es una forma de expandir el mercado”.

Las autoridades examinan cajas de cigarrillos chinos incautados en Bogotá en julio de 2020. Crédito: Policía Nacional

Cosechas abundantes

Mientras la CNTC impulsa el acceso de sus marcas de cigarrillos en todo el mundo, el conglomerado también ha aumentado la producción de tabaco en otros países. China ha reducido el cultivo de tabaco en su país, de acuerdo con sus obligaciones en la FCTC y, países como Brasil y Zimbabue, han contribuido a compensar el déficit.

China Tobacco ingresó en Brasil ‒el segundo productor más importante del mundo‒ en el 2002 y constituyó una subsidiaria allí para comprar las hojas y embarcarlas de regreso. Una década después, constituyó una empresa ‘Joint Venture’ con un gigante de comercialización de tabaco estadounidense, que comenzó a contratar a productores brasileños directamente.

En el 2019, China representaba más del 19 % de las exportaciones de tabaco en Brasil, con un valor de casi USD 386.000.000. Esa cifra había aumentado USD 12.000.000 millones el valor del tabaco de Brasil ‒solo el 1 % de las exportaciones‒ en 1997.

Un campo de tabaco en São Lourenço do Sul, Brasil. Crédito: Daniela Xu

 

A pesar del crecimiento en una de las empresas de tabaco más importantes de Brasil, los periodistas descubrieron que la empresa ‘Joint Venture’ de CNTC con Pyxus International Inc., China Brasil Tabacos Exportadora SA (CBT), había circulado fuera de los radares de las autoridades. Las autoridades impusieron una multa a CBT solo en cuatro oportunidades desde el 2014 e impusieron más multas a otras empresas por abusos laborales que plagaban el sector.

En una oportunidad, a la subsidiaria de Pyxus, que es titular del 49 % de CBT, se le impuso una multa por permitir el “trabajo esclavo” en una granja en donde compraban tabaco legalmente. En otra oportunidad, a la subsidiaria de Pyxus se le impuso otra multa por forzar a empleadas embarazadas a renunciar a sus empleos en la fábrica en donde CBT también tenía su base de operaciones.

Las autoridades declararon a OCCRP que, en ambos casos, desconocían la participación de CBT en la subsidiaria de Pyxus.

En Zimbabue, el productor de tabaco más importante de África, una subsidiaria de la CNTC compra actualmente alrededor de la mitad de todo el cultivo del país. Pero los productores locales pierden respecto de un sistema de tipo de cambio que los deja luchando con deudas y hambre.

Desde que la moneda de Zimbabue se desplomó, el Banco Central no ha podido obtener suficientes dólares estadounidenses para mantener la economía a flote. La mayoría de las personas pagan los artículos que compran con bonos del gobierno, conocidos como bollars, cuyo valor se paga a una fracción de la tasa oficial.

A la empresa Zimbabwe Tian Ze Tobacco Co., Ltd., la subsidiaria de CNTC, se le exige pagar a los productores a través del Banco Central, que paga a su vez una combinación de bollars y dinero en efectivo. Y estos bollars se pagan a una tasa oficial enormemente sobrevaluada. Esto significa que el Banco Central conserva hasta un 70 % del valor real de la cosecha de un productor.

Crédito: Andrei Ciurcanu

 

Mientras que los ingresos de un kilogramo de tabaco deberían valer aproximadamente 4,50 dólares, solo reciben como pago en bollars 1,40, lo suficiente para comprar algo de pan en un buen día. Además de tratar de alimentar a sus familias, los agricultores suelen estar muy endeudados con Tian Ze, debido a que solicitan préstamos en dólares estadounidenses a la empresa para comprar insumos como fertilizantes. Se ha informado que algunos agricultores desesperados se han suicidado.

Cautela y crecimiento

Las empresas de China Tobacco en Rumania, Brasil, Panamá y Zimbabue solo son cuatro puntos en la constelación empresaria que se extiende en todo el mundo, desde Corea del Norte a Suiza y desde Namibia a Estados Unidos. En el año 2019, se creó la China Tobacco International (HK) Company Limited, que cotiza en la Bolsa de Comercio de Hong Kong, para supervisar la expansión mundial.

A pesar de la presencia en la expansión, China Tobacco, sigue siendo un misterio aún para las autoridades sanitarias mundiales que monitorean el FCTC.

Mackay menciona: “la información está muy fragmentada y tenemos poca idea, debido a que es un departamento gubernamental y el modo en el que interactúa con otros departamentos de estado se hace puertas para adentro. No hay transparencia”.

Tal como observó la publicación del año 2020 por la Foundation for a Smoke-Free World (Fundación para un mundo sin humo) de PMI, la empresa no fue mencionada ni siquiera una vez en el informe de la OMS del 2019 sobre tendencias en el uso del tabaco en el mundo. En comparación, los autores señalaron que competidores tales como PMI y BAT fueron mencionados veinte veces o más.

La OMS no hizo ningún comentario sobre las preguntas acerca del cumplimiento de China respecto del FCTC.

El delegado de China firma un tratado mundial de la OMS contra el comercio ilícito de tabaco. Crédito: OMS

 

Como señaló el estudio de PMI, existe una contradicción inherente entre las promesas de China respecto del FCTC de luchar contra el tabaquismo y su titularidad en la mayor empresa tabacalera del mundo. No solo están unidas las fortunas del gobierno y de la empresa, sino que también están unidas a nivel político.

China Tobacco comparte el mismo sitio web que la autoridad a cargo de regular la industria, la State Tobacco Monopoly Administration (Administración para regular el Monopolio del Tabaco en el Estado) (STMA, por su sigla en inglés). Las dos entidades aparentemente separadas también emplean al mismo personal.

Los autores de un estudio del año 2012 publicado por la Japanese Society for Hygiene (Sociedad Japonesa de Higiene), mencionaron: “en realidad, la STMA y la CNTC son la misma organización, con dos nombres diferentes”.

Mientras tanto, abundan ejemplos de cómo China infringe las normas del FCTC al intentar atraer fumadores con publicidad y a través de proyectos de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

La OMS observó en un informe sobre epidemia mundial de tabaco que la industria del tabaco continúa para desplegar grandes campañas de marketing y aun puede expandir su base de consumidores y adquirir exitosamente una nueva generación de fumadores.

Los medios estatales chinos e, incluso, los sitios web gubernamentales tienen artículos sobre obras correctas por parte de subsidiarias de CNTC como Guangdong China Tobacco Industry Co., Ltd. Un comunicado de prensa publicado en el sitio web del gobierno provincial de Guangdong a mediados del año 2020 expuso la “victoria decisiva” de la empresa sobre la pobreza en una ciudad de Dengfang.

Un habitante, empobrecido por la enfermedad en sus años de juventud, recibió formación en agricultura que lo ayudó a obtener los mayores ingresos por el cultivo de tabaco en el pueblo, según el comunicado de prensa.

China Tobacco también ha llevado a cabo actividades de RSE en el extranjero, en violación de lo que establece el FCTC. La subsidiaria de CNTC en Zimbabue participa en una serie de proyectos, desde la reforestación hasta la financiación de orfanatos, según su perfil corporativo en el sitio web del Ministerio de Comercio de China.

En Camboya, la empresa Viniton, de la cual el 80 % pertenece a Guangdong China Tobacco Industry Co. de CNTC y que produce la popular marca de cigarrillos Angkor, promocionaba su patrocinio de escuelas primarias en su sitio web, hasta que la página fue retirada el año pasado.

La empresa citó un discurso del Gerente General de Viniton, Liu Daoxin, en una escuela primaria. Expresó que Viniton contribuye activamente a las iniciativas nacionales de bienestar, especialmente en el sector de la educación, y que había proporcionado constantemente ayuda financiera en diversas formas para financiar la provisión de infraestructura y equipos para las escuelas y las instalaciones educativas y ayudar a promover el desarrollo del sector educativo del país.

Tales acciones son violaciones flagrantes del FCTC. Aunque China es signataria del Convenio, los documentos descubiertos por la OCCRP demuestran que la empresa dio a conocer su oposición al FCTC en los años anteriores al tratado en el año 2003.

“Prohibir cualquier tipo de publicidad sobre el tabaco o determinar la advertencia para la salud en el paquete con el mismo tamaño y contenido en todo el mundo es inaceptable y supone una violación del derecho de un producto legal”, escribió la empresa en una presentación del año 2000 dirigida al FCTC, que los periodistas descubrieron en un archivo en línea de la Universidad de California en San Francisco.

Tres años antes, en respuesta a una conferencia de la OMS sobre el tabaco, la CNTC escribió a los organismos estatales del gobierno ‒incluso a la oficina del Partido Comunista Central‒ para advertir sobre la imposición de nuevas normas antitabaco. La empresa señalaba que la industria del tabaco era “la mayor fuente de ingresos fiscales del gobierno” y empleaba a cien millones de personas en todo el país.

En la carta, que fue facilitada a OCCRP por un experto de la industria y que no se ha hecho pública hasta ahora, China Tobacco incluso atacó la ciencia que demuestra que fumar es perjudicial.

“La evidencia sobre la salud es controvertida y muchos fumadores tienen una larga vida”, escribió la empresa. “La publicidad antitabaco no científica no lograría el objetivo y sería engañosa”.

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