(20/09/2020)

Tres monólogos sobre perder a un hermano, la impotencia de no poder hacer más por un amigo y no tener justicia

Para la reconstrucción de esta historia participaron las voces de Eduardo Díaz Rodríguez, 29 años, hermano mayor. De Juan Felipe Sánchez, 24 años, abogado del caso. Y de un amigo de Andrés Felipe que pidió ser identificado como“Tintín” (como él le decía), 27 años, para reservar su nombre por razones de seguridad.

Nosotros — Andrés y sus hermanos — trabajamos en un lava autos en Chapinero. Como siempre, ese 9 de septiembre mi hermano nos hizo chistes y maldades, nos amarraba los cordones de los zapatos, nos escondía los overoles. Pasábamos el día riendo. Él era muy contento y amigable.

Salimos de laborar como a las 6:30 p.m. Yo me regresé primero que él porque se quedó molestando con un compadre mío. En la estación de transmilenio del Portal Norte, como a las 7:15 p.m., un funcionario dijo que no había servicio de buses alimentadores por los disturbios en el CAI* de la Policía de Verbenal.

Me encontré a un amigo que me dijo: “Vámonos a pie”. Desde ahí hasta Verbenal hay unos 30 minutos caminando. Entonces caminamos. Yo vi a mi hermano a lo lejos, pero parece que él no me vio. Yo le iba a gritar: “¡Andrés!”, pero no sé qué me pasó y no le grité, quería decirle que no se fuera por donde estaba porque había disturbios en aquel lado. Yo caminé rapidito para alcanzarlo pero él fue más rápido. 

Llegué a mi casa que queda a unas cinco cuadras del CAI de Verbenal y él no estaba. Dije “bueno, se iría a su pieza”, porque vivía con su novia en una habitación cerca de donde yo vivo. Aunque se oía bien feo que por el CAI disparaban nosotros no nos preocupamos porque pensábamos que estaba con la novia. Pero mi mamá comenzó a llamar preocupada como desde las 8:30 p.m. preguntando que dónde estaba André Felipe. Yo creo que ella presentía algo.

[Andrés vivía con su novia a una cuadra de donde vive Eduardo con sus otros dos hermanos, Jesús y Nini Johana, su esposa e hijos].

***

Esa noche me dirigía a mi casa desde el trabajo. Llegué al Portal Norte. El conductor del alimentador 2-10 que nos lleva a Verbenal paró y dijo que no podía seguir porque bloquearon la calle a eso de las 7:30 p.m. Escuché el escándalo de las manifestaciones y me dirigí a ver qué pasaba.

Cuando llegué al CAI de Verbenal habían policías y manifestantes enfrentándose duramente. Escuché disparos y me puse a grabar con mi celular lo que estaba pasando. Luego me encontré con Andrés en el parque como a las 7:40 p.m. y nos pusimos a hablar sobre lo que estaba pasando. Marcaron las 8 p.m. y los disparos seguían. Después se calmó un poco la manifestación, los policías se fueron hacia el puente del Canal de la Torca, a una cuadra al occidente del CAI. Cuando pensamos que ya había acabado todo los policías se devolvieron disparando indiscriminadamente hacia la multitud.

Cuando pensamos que ya había acabado todo los policías se devolvieron disparando indiscriminadamente hacia la multitud. Uno de los proyectiles le impactó el tórax a Andrés, eso fue sobre las 9:34 p.m. Yo lo auxilié con un grupo de jóvenes y la Policía seguía disparando.

Al ver al primer herido caímos en cuenta, Andrés y yo, que sí estaban disparando balas de verdad. A eso de las 8:34 p.m. los policías estaban en una barricada frente al CAI, sobre la calle 186, y yo le dije: “¡Andrés, parce, ahí va un policía con un extintor”. El man se hizo detrás de los escudos [antidisturbios que son una lámina de policarbonato transparente que se apoya en el brazo] de la Policía, empezó a salir el humo del extintor y cuando la visibilidad se perdió solo escuché que los policías disparaban indiscriminadamente.

Andrés dio dos pasos y uno de los proyectiles le impactó el tórax, eso fue sobre las 9:34 p.m. Yo lo auxilié con un grupo de jóvenes y la Policía seguía disparando. Un taxista iba pasando por ahí por la calle 187 con carrera 18A Bis, lo subimos al taxi y le dijimos al conductor que se dirigiera a la Clínica Cardio Infantil cuando uno de los proyectiles le pegó al taxi y el conductor lleno de pánico abandonó el carro con Andrés adentro. 

Por ahí por la calle 187 hacia el occidente bajaba una ambulancia por la calle y nos tocó interceptarla. Bajamos a Andrés del taxi muy mal herido, pálido, diciendo: “Por favor no me dejen morir”. Uno de los heridos dentro de la ambulancia se bajó y pidió: “Súbanlo a él, va muy mal”. Y Andrés se fue en esa ambulancia.

Imagen tomada de Google Maps. En azul el sitio donde estaba la ambulancia (y el camino que tomó) para trasladar a Andrés Felipe y otros heridos al Hospital Simón Bolívar. El taxi había parado minutos antes en la esquina del restaurante Brasas y Chispas.

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Andrés Felipe llegó antesitos de las 10 p.m. al Hospital Simón Bolívar, que queda a 15 minutos en carro desde el lugar donde le dispararon. En la ambulancia se dijo que él estaba muy grave, pero llegó vivo al hospital. Entró por urgencias, alcanzó a entrar a cirugía y murió a las 2:36 a.m.

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El 10 de septiembre, como a las 5 a.m., mi mamá me llamó preguntando por Andrés Felipe. Yo me había dormido temprano. Abrí el cuarto [donde dormía Andrés] y no lo vi. Erda, ahí me comencé a preocupar. Me puse a pensar si estaba herido, si lo había agarrado la Policía.

Llamé yo al hermano mío, a Jesús David y me contó que se habían comunicado del Hospital Simón Bolívar, porque necesitaban hablar personalmente con nosotros, que iba para allá. Llamé a mi mamá y se puso a llorar, ella ya lo presentía. Me contó que de tanto llamar al celular de Andrés había contestado una enfermera, que no le quiso dar información de si estaba herido o qué le había pasado, solo le pidió ir personalmente.

Mi esposa ya estaba en el hospital y me dijo: “Eduardo, ya no se puede hacer nada, mataron a Andrés Felipe”. Anda, a mí se me fue el mundo. Eran como las siete, casi las ocho y media de la mañana.

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El caso de Andrés Felipe ha avanzado rápido. Están cerca de encontrar responsables. El 11 de septiembre estuvimos aquí en el barrio Verbenal recolectando elementos de prueba, encontramos algunos casquillos. Es muy probable que el disparo que impactó a Andrés Felipe provenga de los uniformados que estaban sobre la calle 186 y no de los que dispararon sobre el caño del Canal de la Torca. 

Pero existe el problema de que esos videos que descargamos o que grabamos con aplicaciones no tienen mucho valor probatorio en juicio, porque no guarda los metadatos del video, es decir, la fecha y hora en que originalmente se grabaron.

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Esa noche [9 de septiembre] los policías me golpearon, me hicieron tiros a los pies. Un policía me amenazó por grabar lo que estaba pasando y por tratar de auxiliar a Cristian, otro muchacho que mataron esa noche. Ese policía es de apellido Sánchez. Lo sé porque otro policía le gritaba “¡Ya, patrullero Sánchez, no dispare más!”

Ellos [los policías] me llamaron el viernes 11 de septiembre como a las 4 p.m. desde un número privado. Me dijeron que tenían un millón de pesos para callarme, que ellos no saben quién soy pero que habían visto mis publicaciones [de videos de lo que pasó la noche del 9 de septiembre]. Que no iban a perder su trabajo ni su libertad por ñeros desadaptados.

Ya no estoy en Verbenal, por seguridad. Si a mí me llega a pasar algo fue por la Policía.

Un policía me amenazó de muerte. Ya no estoy en Verbenal, por seguridad. Si a mí me llega a pasar algo fue [por] la Policía.

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La Alcaldía de Buenavista [Córdoba] nos ayudó con los trámites para trasladar el cuerpo de Andrés Felipe. Fue por tierra y llegó el sábado 12 de septiembre, el mismo día que nosotros llegamos, también nos fuimos por tierra en una flota. Lo enterramos el lunes [14 de septiembre]. 

Mi mamá no quiere que volvamos a Bogotá. Yo no quiero que esté sola, tengo que regresar a Bogotá para los trámites con el abogado pero pienso regresar [a Buenavista] en diciembre.

Yo espero que se haga justicia y que paguen los que hicieron eso. No solo los que mataron a mi hermano sino los que mataron a los otros dos muchachos de ahí [Verbenal] y los otros que perdieron la vida en otras localidades. Que paguen y los metan a la cárcel.

*CAI: Comando de Acción Inmediata.
*SIJIN: Seccional de Investigación Criminal.

Técnica y tratamiento: Los monólogos de esta historia fueron construidos a través de entrevistas. Los testimonios brindados por los familiares, testigos y profesionales entrevistados recibieron un tratamiento de edición de estilo y se agregaron algunos datos de contexto como fechas, lugares, horas, direcciones y distancias.
Reportería: Jueves, 17 de septiembre. (9 a.m. – 2:20 p.m.)
Fecha de las entrevistas: Entrevistas presenciales, telefónicas y por Whatsapp: jueves 17 y viernes 18 de septiembre.
Lugar de las entrevistas: Barrio Verbenal, en Usaquén. (Calle 186 con carrera 19 y alrededores). También se consultaron más detalles a través de llamada telefónica y chats de Whatsapp.
Autora: Ingrid Ramírez Fuquen (@_iramir_)

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