¿Dónde están los bienes de los narcos? ¿Por qué parece ser que nadie sabe? Hablamos con Elmer Montaña, abogado y María Mercedes Perry, exliquidadora de la Dirección Nacional de Estupefacientes buscando respuestas.
Modera: José Marulanda
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El candidato que representa a Cambio Radical en estas elecciones presidenciales 2018, Germán Vargas Lleras disfrutó cada una de las palabras que usó en su discurso de cierre de campaña en Arjona, un pueblito de Bolívar, porque es el que tiene más claro qué es lo que está en juego en estas presidenciales es mucho dinero y poder traducidos en contratos y obras.
“Duélale a quien le duela, voy a pasar a la segunda vuelta y me convertiré en el presidente de Colombia y seré el presidente del Caribe Colombiano. Si a Bolívar le ha ido bien con las obras entregadas por Germán Vargas, desde el próximo 7 de agosto le irá mucho mejor cuando sea presidente”.
¡Es la torta de los contratos, estúpido!
Alguien entre nosotros cayó en cuenta tras escuchar al candidato Vargas Lleras. Fue entonces cuando se pudo ver el fondo del río. ¡Claro!, lo que está en juego por estos días no es la elección de un presidente. Es quién va a timonear los 383 billones de pesos en contratos públicos que suministró el gobierno de Juan Manuel Santos en 2017, según cifras de Datasketch en su informe La letra menuda; en el que estableció que cada segundo el Estado suministra en contratación 12 millones de pesos.
¡Gol!
Así pues, las elecciones son ese partido de 90 minutos en donde se disputan una copa o mejor una torta nada despreciable que hace circular 383 billones de pesos. Cuestión Pública hizo una selección de jugadores por cada candidato basados en la investigación de patrimonio, financiadores y personas que rodean a los candidatos no en estas elecciones sino en cargos anteriores.
Para la selección de los presidenciables excluimos a los jugadores políticos y dejamos exclusivamente a los ‘paninis’, es decir a los panas con los que juegan el fútbol del patrimonio empresarial y de contratos, basados en que el campeón, es decir el futuro presidente, tendrá una tarea que atraviesa transversalmente a la política y es la tarea pragmática y obligatoria de repartir las obras de infraestructura, los contratos los contratos de Ecopetrol, de aseo, saneamiento, construcción, acueductos, minería, electricidad, chance, basuras, etc. El punto es que se reparte entre los jugadores de sus equipos. Una especie de pago por la fidelidad y el aguante de llevarlos a ser presidentes.
Una vez se pita el inicio de partido, todos juegan a ganar y para esto usan equipos entrenados y alineados.
Finalmente, Cuestión Pública ofrece esta investigación con varios datos que se desconocían, producto de transacciones de financiadores, inmobiliarias y empresariales, que dan un panorama nuevo de los candidatos días antes de las elecciones presidenciales de 2018, con el fin de que los votantes entiendan que ninguno juega solo. También para que los ciudadanos salgan a votar sin ingenuidad con respecto a sus candidatos.
¿Y la política, no importa? Claro que sí, pero a la hora de repartir la torta de los 383 billones de pesos, los principios políticos no entra a la cancha.