(03/02/2021)

Serían más de 200 los médicos y profesionales de la salud que ya no están para este 2021. Se cree que perdieron su vida como soldados de primera línea en la batalla contra el Covid-19 en el país. Sin embargo, detrás de la cifra —que sola ya es una tragedia—  y su inexactitud hay algo aterrador que descubre Cuestión Pública: no es posible establecer con precisión cuántos han perdido la vida por causa directa del Sars-coV-2.

En el segundo pico de contagios y muertes por Covid-19, el personal de salud sigue firme al pie del cañón para enfrentar la pandemia, diezmado por el cansancio, extenuantes jornadas de atención y en ocasiones sin los elementos de bioseguridad necesarios para protegerse. Muchos están a la espera de garantías para vincularse laboralmente en centros de salud (71.36% del personal de salud está contratado de manera indirecta) o de un sueldo que no reciben hace meses.

Aún no hay un conteo de fallecidos discriminado según la ocupación. Al menos no desde el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en informes como el de seguimiento a defunciones por Covid-19. Consultamos al Dane y funcionarios de esa entidad explicaron que toda la información que se tenga en cuenta para ser publicada como parte de un informe debe pasar por un proceso de evaluación de calidad, depuración y categorización.

De las más de 54.000 víctimas mortales que ha dejado el coronavirus en Colombia, no se sabe con precisión el número que corresponde al personal de salud. Serían 200 los profesionales que ya no están.

En su respuesta incluyeron un ejemplo: “A pesar de que el certificado de defunción cuenta en la variable 17 “LA OCUPACIÓN PUDO SER CAUSA O ESTAR ASOCIADA CON LA DEFUNCIÓN”, con una opción: ‘¿Cuál fue la última ocupación habitual del fallecido?’ presenta cerca de un 26% de información faltante. Dado lo anterior y por ser una pregunta abierta, no cuenta con un proceso de evaluación de calidad, depuración y categorización para su uso, que permita identificar la consistencia de la misma.”  

Es decir, aunque  la respuesta a la variable 17 fuera que el o la fallecida era profesional de la salud, y que además su muerte sí estuvo asociada a su ocupación, el Dane no lo tiene en cuenta (para un reporte de defunciones discriminado en el personal de salud) porque es la respuesta a una pregunta abierta que presenta un 26% de información faltante.

Para construir un reporte de defunciones en personal de salud desde el Dane, explicaron que “se tendría que evaluar la calidad de la variable. Si la pérdida de información no se incrementa en el tiempo, se tendrían que generar estándares para depuración y categorización. Otra alternativa, es realizar el cruce con otro registro administrativo del sector salud, que contenga esta información”.

Con lo cual, hasta ahora el único registro oficial de los médicos y el personal de salud que fallece en pandemia es el que publica el Instituto Nacional de Salud (INS). Pero este reporte general “trae fallecidos de los últimos diez días”. Por otro lado, la publicación específica de defunciones en personal de salud tarda hasta 10 días en ser actualizada. Por ejemplo, para el 28 de enero la página web del INS aún mostraba la información correspondiente al 17 de enero.

¿Cómo es el conteo que publica el INS?

Carolina Villada, jefe de prensa del INS, explicó que “una cosa es el reporte diario de casos de Covid-19 y otra la emisión de boletines. El boletín de [personal de] salud sale a veces cada quince días. Esa información [del boletín] no la construye el Instituto sino que la recibe de las entidades territoriales de salud, la verifica, verifica que la investigación que hizo la entidad territorial cumpla con criterios de calidad y luego [publica] el boletín.”

Según explicaron fuentes consultadas por este medio y la guía para el reporte y verificación de las defunciones en SegCovid-19, publicada por Minsalud, así es el conteo oficial de las muertes por Covid-19: una vez la persona fallece y su causa de muerte confirmada fue por el virus, el deceso se reporta en el Registro Único de Afiliados (RUAF), un sistema electrónico que se utiliza para inscribir los nacimientos y las muertes en Colombia, incluyendo las causadas por covid. Este formato tiene una casilla donde se puede reportar la profesión de la persona fallecida. 

Una vez diligenciado el Ruaf, la información va al Ministerio de Salud que, a su vez, comparte el reporte con el INS, la entidad gubernamental que tiene publicadas las cifras de fallecidos en el sector salud.

Mientras que para el 17 de enero el boletín del INS mostraba que eran 185 los médicos y profesionales de la salud  fallecidos, para la misma fecha la OCE tiene un registro de al menos 264 muertes; la Anthoc de 232 y el DANE, ni los considera.

Hasta ahí todo parece funcionar en regla. No obstante, el retraso de casi 10 días en la emisión del boletín con el dato de defunciones en personal de salud que lleva el INS (y que la metodología que se sigue para el conteo no es pública) llevó a que gremios y sindicatos de ese sector decidieran construir su propia metodología y base de datos para llevar un conteo, según ellos, más preciso de los colegas fallecidos.

Cuestión Pública consultó con dos de ellas: la Organización Colegial de Enfermería (OCE) y la Asociación Nacional de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud y Seguridad Social Integral y Servicios Complementarios de Colombia (Anthoc). Ambas organizaciones iniciaron su conteo en abril de 2020, cuando se reportó el caso de Carlos Nieto, el primer médico que murió por coronavirus en Colombia.

Mientras que para el 17 de enero el boletín del INS mostraba que eran 185 los médicos y profesionales de la salud fallecidos, para la misma fecha la OCE tiene un registro de al menos 264 muertes; la Anthoc de 232 y el DANE, ni lo considera.

Anthoc, el primer conteo

La Anthoc es una asociación sindical para los trabajadores y trabajadoras de la salud y la seguridad social. Tiene afiliados en 26 departamentos y representación en más de 800 instituciones públicas y privadas de salud.

Según la base de datos remitida a Cuestión Pública, para el 17 de enero, el seguimiento de Anthoc daba cuenta de 232 muertes mientras que el boletín del INS mostraba 185. Es decir que habría un subregistro de 47 muertes hasta esa fecha. Dos días después, el 19 de enero, la Anthoc ya recopilaba siete casos más.

Alfonso Pardo, secretario general de la Anthoc, es quien lleva el registro de los fallecidos en personal de salud a nivel nacional en una labor investigativa que, por caso, puede tomarle hasta un día completo. Pardo tiene como materia prima los reportes enviados por las subdirectivas del sindicato informando sobre la defunción de un servidor de la salud por Covid-19.

También hace un rastreo diario de publicaciones en medios de comunicación y  redes sociales que den pistas de una nueva defunción que deba registrar o donde encuentre más información sobre algún caso que no haya podido precisar. “Intento verificar todos los casos. Me tomo el tiempo de llamar a los centros de salud o a familiares para verificar los datos como fecha en que murió, el nombre, la edad y la entidad para la que trabajaba la persona. También para verificar que el compañero o compañera haya fallecido por Covid”, explicó Pardo. 

La base de datos tiene una columna de observaciones que incluye detalles como el tiempo que la persona llevaba en UCI o información más específica como en el caso de Catalina Londoño de La Hoz, fisioterapeuta, cuyo “padre denuncia extenuantes jornadas laborales a las que la sometían a pesar de encontrarse en embarazo”. O el caso de Heandel Rentería Córdoba, un médico vinculado a un centro de salud en Chocó que “al  momento  de su muerte les (sic) debían más de cinco meses de salarios”.

Es probable que el número sea mayor. Pardo no consigna en la base de datos de la Anthoc información de algún compañero fallecido hasta que logra verificar al menos dos datos clave: nombre completo y si su causa de muerte fue, efectivamente, por Covid-19.

Alfonso Pardo cree que el problema radica en que el sistema de información en el sector salud es deficiente y, además, sospecha que el subregistro no sería solo de fallecimientos por Covid-19 en personal de salud, sino también en los contagios que se reportan y el foco de los mismos (importado, comunitario o asociado a la prestación del servicio). Asegura que, al ser una enfermedad laboral para el personal de salud, a las aseguradoras no les conviene económicamente que se reporte que el contagio haya sido durante la prestación del servicio o directamente relacionado al tratamiento de un paciente.

El seguimiento de la Oce

El colegiado de Enfermería sigue una metodología similar a la Anthoc: “Es una base de datos que tiene algunas fallas porque no se apega a un método científico sino que lo hacemos a través de un proceso de recolección de datos. Eso es lo que tenemos porque el Gobierno no nos ha ayudado en nada. Tomamos [los datos para el] conteo de informes de nuestras seccionales, reportes de otros sindicatos y organizaciones y publicaciones en Facebook [y otras redes sociales]”, explicó Cecilia Vargas, presidenta de la OCE.

Fernanda Gómez, asistente administrativa de esa corporación gremial, se encarga de alimentar la base de datos de esa entidad a diario. Dentro de su labor, Gómez ingresa a la base de datos de la OCE los registros que lleva la Anthoc. Ha quedado por fuera del registro casi una decena de casos en los que no se ha obtenido más información que el nombre de la persona fallecida y su profesión. 

Si bien el margen de error en la consolidación de los datos es considerable, es lo que tienen a la mano para llevar un conteo más detallado del que se publica en el INS. “Si bien el porcentaje [de muertes en personal de salud] es bajo en comparación con el resto de muertes [las más de 54.000], es un dato representativo porque se trata del sector salud”, comentó Cecilia Vargas.

Según la información consignada en la base de datos remitida por la OCE a Cuestión Pública, el subregistro de muertes por Covid-19 en personal de salud para el 17 de enero ascendería a 79 casos: mientras que el INS publicó el reporte de 185 decesos, la base de datos de la OCE registra al menos 264 para la misma fecha. 

La diferencia en los datos recopilados por ambas entidades también es evidente en el número de defunciones por perfil ocupacional o especialidad. Aquí la comparación entre los casos recopilados por la OCE y los publicados en el INS:

Las ciudades donde más se han presentado muertes por Covid-19 en profesionales de la salud, de acuerdo al seguimiento que lleva la OCE, son: Bogotá con 42 casos, Barranquilla con 28 y  Cúcuta con 27.

Cecilia Vargas de la OCE dijo a Cuestión Pública que el conteo desde “inició de manera automática desde nosotros ante la diferencia que comenzamos a notar con las cifras [publicadas en] el INS”.

En contraste, Carolina Villada, la jefe de prensa del INS defiende la información que publica la entidad:  “El Instituto tiene un proceso muy serio. Para legalizar esas cifras [de muertes por covid en personal de salud] la IPS de manera formal notifica en una ficha epidemiológica a la Secretaría de Salud Departamental que luego verifica, revisa la información y la sistematiza en el Sivigila. Luego se clasifica de acuerdo a cómo está diseñado el boletín [y se publica]. Una cosa es un proceso informal y otra es un proceso transparente y claro.”

El pasado 26 de octubre organizaciones de la salud rindieron un homenaje, en la Plaza de Bolívar en Bogotá, a los 165 profesionales de la salud que, según su seguimiento, habían perdido la vida combatiendo el Covid-19 en primera línea. Foto: Cortesía OCE.

La OCE, de la mano con otras organizaciones de la salud, han solicitado precisión en los datos e información sobre la metodología al Ministerio de Salud y a la Secretaría de Salud, sin éxito. “Ellos no están interesados en darnos [esa información] porque [el reporte] está en el Instituto Nacional de Salud. Esa interacción es muy difícil, máxime cuando la estamos haciendo desde los gremios y los sindicatos. Eso le pone un velo de freno frente al gobierno”, denunció Vargas, de la OCE.

El primero de febrero el INS publicó un nuevo boletín sobre coronavirus en el personal de salud. En él se reportan 197 muertes por Covid-19 (tan sólo 12 más de los publicados en el boletín anterior). Aún así, la cifra está lejos de coincidir con el conteo que lleva la OCE: para el 20 de enero ya registraba 277 casos. El conteo sigue.

Cuestión Pública rinde homenaje a las 277 personas que, desde el inicio de la pandemia hasta el pasado 20 de enero, perdieron la vida por el Covid-19 mientras lo combatían en primera línea:

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