No olvidar: “Culpa exclusiva” de Miguel Uribe Turbay

(01/11/2018)

Carmenza Zá es feminista. Investiga y colabora para diversos medios nacionales.
Carmenza Zá es feminista. Investiga y colabora para diversos medios nacionales.

Miguel Uribe Turbay ejerció como Secretario de Gobierno de Bogotá hasta el pasado 25 de octubre. Todo indica que no continuó en el cargo para no generar inhabilidad en una posible candidatura a la Alcaldía de Bogotá.

En su carta de renuncia, dirigida al hoy alcalde Enrique Peñalosa, Uribe Turbay asegura que en la etapa que inicia seguirá “defendiendo con convicción el modelo de ciudad que con tanto esfuerzo hemos reconstruido”.

La campaña de Uribe Turbay empieza con un guiño al modelo Peñalosa y, de ser ciertas sus aspiraciones electorales, tendrá hasta el 27 de octubre de 2019 para convencer a los bogotanos de darle ingreso al Palacio de Liévano. Desde esta Tribuna, empezamos la misma carrera para que ninguna bogotana olvide que fue Miguel Uribe Turbay quien responsabilizó a Rosa Elvira Cely de su propia muerte.

“Culpa exclusiva de la víctima”

Rosa Elvira fue secuestrada, violada, torturada, asesinada y empalada el 24 de mayo de 2012 en el Parque Nacional, a manos de Javier Velasco Valenzuela. Este hombre, de acuerdo al periódico El Espectador, ya había sido sentenciado antes a 36 años de prisión por la violación de sus dos hijas biológicas y a 10 años de cárcel por abusar de una mujer que ejercía la prostitución.

La familia de Rosa Elvira demandó en agosto de 2014 a la Policía, la Fiscalía y las secretarías de Gobierno y de Salud del distrito, alegando que las instituciones no habían actuado de manera competente en el caso de Rosa Elvira.

En un documento radicado el 11 de abril de 2016 ante el Juzgado 37 Administrativo de Oralidad, la Secretaría de Gobierno, en cabeza de Miguel Uribe, respondió a la demanda argumentando lo siguiente:

Debido al rechazo que generó esta respuesta, tan parecida a un “quién la manda, usted se lo buscó”, Miguel Uribe Turbay salió a los medios a decir que no estaba de acuerdo, que no estaba enterado, que pediría al juez que el concepto no se tuviera en cuenta para el caso y que tomaría medidas contra las responsables.

Al mismo tiempo, Uribe Turbay quiso endilgar la responsabilidad de su grave error a la administración de Petro pues, para el Secretario de Gobierno, el ex alcalde tuvo la oportunidad de conciliar con la familia de la víctima y no dejarle el pendiente a Enrique Peñalosa. Un párrafo entero de su carta de renuncia también está dedicado a tildar de corruptas, ineficientes e improvisadoras a las alcaldías previas.

Como dato interesante pero nada sorprendente, un año después de haber culpado a Rosa Elvira, la administración Peñalosa (con Miguel Uribe Turbay todavía como Secretario de Gobierno), decidió nuevamente no conciliar con la familia de la víctima.

Nayive Carrasco, quien lideraba la oficina jurídica de la secretaría de Gobierno que generó el concepto, presentó su renuncia al cargo por el escándalo ocasionado. Con eso, Miguel Uribe Turbay se lavó las manos y dio por terminado el asunto.

Si bien Carrasco era la responsable jurídica de la respuesta a la demanda, Miguel Uribe Turbay era la cabeza política de la Secretaría de Gobierno. El concepto no solo reflejó una posición jurídica para defender a la ciudad sino que evidenció una postura política misógina y regresiva, máxime si se tiene en cuenta que un año antes, en 2015, ya se había promulgado la ley que tipificó el feminicidio y que lleva el nombre de… ¿recuerdan?…Rosa Elvira Cely.

Con demostrar que la Secretaría de Gobierno había hecho todo lo posible por proteger a Rosa Elvira, aun cuando los esfuerzos no hubiesen alcanzado para salvarle la vida, hubiese bastado como defensa. Hasta ese punto, nadie dudaba que la culpa de la agresión recayera sobre Javier Velasco Valenzuela.

Pero, de manera bastante funcional al patriarcado, la Secretaría de Gobierno no solo re victimizó a Rosa Elvira, sino que le quitó responsabilidad a un agresor que ya había violado incluso a sus propias hijas y andaba por la calle tranquilamente en busca de nuevas víctimas.

El equipo de Miguel Uribe Turbay demostró que por defender los intereses económicos del distrito estaba dispuesto a pisotear la memoria de una mujer salvajemente asesinada, a exculpar a un feminicida y a pasar por encima del dolor de toda una familia. Al tiempo, le envió un mensaje claro a la ciudadanía bogotana: No es tan grave matar a una mujer, porque quién la manda a salir de su casa.

Las electoras bogotanas deberíamos preguntarnos ¿es ese el “modelo de ciudad” que queremos que este hombre siga “defendiendo con convicción”?

Si Miguel Uribe Turbay se despidió de la Secretaría de Gobierno sin haber asumido ningún costo político por su error, todavía se lo podemos cobrar en las urnas… Por Rosa Elvira y por todas las demás que ya no están.

*Un especial agradecimiento a @TheChineseroom_ por no dejar que este episodio pasara al olvido y por su férrea lucha contra el machismo.

*La Tribuna es el espacio de columnas de pensamiento de nuestros analistas y expertos en Cuestión Pública. Sus contenidos no comprometen a Cuestión Pública.