Melo-escondió: los bienes que el otrora poderoso de Corficolombiana ocultó a la justicia

(01/09/2023)

José Elías Melo, expresidente de la empresa filial del Grupo Aval, se deshizo de algunos inmuebles poco antes de que fuera capturado por el proceso en el que terminó condenado por sobornar a funcionarios del gobierno, en el caso de Odebrecht y de la Ruta del Sol II.

Son dos los apartamentos que el alto directivo del conglomerado de Sarmiento Angulo tuvo bajo su propiedad y que logró pasar de agache frente a las autoridades que lo investigaron. El primero, adquirido el 6 de diciembre del 2016, por $3.200 millones, a Construcciones Torre Agua. El segundo, lo compró junto a su esposa en 2014, esquinero, frente al Central Park en New York, Estados Unidos.

El contrarreloj para empezar a ocultar sus bienes lo marcaría la imputación de cargos que tuvo lugar los primeros días de mayo de 2017. El primero que entrampó fue el apartamento de Torre Agua. 

Un mes y unos pocos días antes de la transacción de compra del primer apartamento, Melo Acosta resistía lo que sería el inicio de la peor crisis de su vida en Acción Fiduciaria. Esta empezó a materializarse a mediados de mayo de ese 2016, cuando salía por la puerta trasera de Corficolombiana, la “inversionista líder en la estructuración, gestión y administración de empresas y proyectos en Colombia” del Grupo Aval. 

José Elías Melo Acosta. Diseño propio de Cuestión Pública.

Resultó que una tormenta judicial se había desatado por los sobornos que la constructora brasilera Odebrecht pagó al entonces viceministro de Transporte Gabriel García Morales, del gobierno de Álvaro Uribe. Estos se hicieron a través de Corficolombiana para quedarse con la licitación de la Ruta del Sol II, bajo la presidencia de Melo Acosta. 

En el ínterin de aquellas nubes grises cargadas de truenos, aquel diciembre de 2016, Melo pagó sin necesidad de créditos el apartamento de 282 metros cuadrados, ubicado en un cuarto piso del edificio Torre Agua, en el exclusivo barrio Chicó de la capital. 

Melo Acosta hizo las transacciones de compra en tres rápidos y furiosos pasos. Una primera transferencia de $950 millones. Le siguió una segunda cuota por $1.000 millones, con recursos de sus pensiones voluntarias administradas por Porvenir, empresa de su anterior jefe Luis Carlos Sarmiento Angulo

El negocio lo hizo directo con Raúl Gaviria Rueda, entonces liquidador de Construcciones Torre Agua. Gaviria fue Gerente del Fondo de Vigilancia y Seguridad de Bogotá en 1994, cargo en el que terminó salpicado con líos de corrupción por un contrato de $20.887 millones. Gaviria Rueda hace parte de un pulpo empresarial donde se relaciona con el abogado Carlos Andrés Delgado Bernal, también liquidador de Construcciones Torre Agua, que se vinculó con el Grupo Aval cuando se hizo la venta internacional de la Concesionaria Panamericana para este holding.

Según la escritura de compraventa, todo el edificio Torre Agua fue adquirido el 24 de diciembre de 2015 a Serfinanza, la financiera del clan Char de Barranquilla.

Melo Acosta hizo las transacciones de compra en tres rápidos y furiosos pasos. Una primera transferencia de $950 millones. Le siguió una segunda cuota por $1.000 millones, con recursos de sus pensiones voluntarias administradas por Porvenir, empresa de su anterior jefe Luis Carlos Sarmiento Angulo, magnate del Grupo Aval. Al momento de suscribirse el trámite de escritura entregó el último cheque por $1.250 millones. Le alcanzó a dejar una afectación familiar, bajo el juramento de ser la única propiedad con esa figura.

Imagen de la escritura de compraventa del apartamento en Bogotá.

Pero el 2017 no pintaba nada bien. Pasados casi seis meses de la compra del portentoso apartamento, la Fiscalía le imputó cargos por celebración indebida de contratos y cohecho. 

Era evidente que Melo Acosta sabía que las cosas iban a terminar mal. Aún como representante legal de Acción Fiduciaria, le quitó la afectación familiar al apartamento y lo ocultó bajo la figura de una fiducia para que no fuera objeto de embargos en el proceso judicial que enfrentaba. En otras palabras, para esconderlo.

Cancelación de afectación a vivienda familiar y transferencia a fiducia mercantil.

De esta manera, el bien inmueble no aparecía más a nombre de José Elías Melo Acosta sino de Acción Fiduciaria. “En la fiducia mercantil en ambas intervienen normalmente tres personas un fideicomitente que entrega los bienes, un fiduciario que los administra y un fideicomisario que es la persona en cuyo beneficio se administran”, le explicó a este medio el abogado Santiago Trespalacios.

Y agregó, “entonces es posible que las personas utilicen el contrato fiduciario para ocultar bienes, pero esa no es su naturaleza. Eso sería un abuso del contrato fiduciario en realidad, la fiducia se hace para realizar negocios en los que se requiere que ese patrimonio esté protegido y casi tutelar los derechos y expectativas de terceras personas”.

El 30 de junio del 2017 el apartamento Torre Agua quedó oculto en Acción Fiduciaria. Cuestión Pública encontró que uno de los apartamentos de ese edificio está a la venta por $5.500 millones.

El abogado Sergio Trespalacios dijo que dicha modalidad parecía un abuso del derecho: “cuando se hace para esconder algo es un abuso del derecho”. Pero que, de ser así, “puede revertirse y probar que esa fiducia se constituyó con un ánimo defraudatorio y se puede revertir el negocio”. 

Al fin, el 30 de junio del 2017 el apartamento Torre Agua quedó oculto en Acción Fiduciaria. Cuestión Pública encontró que uno de los apartamentos de ese edificio está a la venta por $5.500 millones.

El apartamento en NY en medio de las declaraciones de Luiz Bueno

Cuando el expresidente de Corficolombiana llevaba un mes en el centro carcelario La Picota, en Bogotá, ya Melo Acosta había logrado el traspaso del apartamento en New York a su esposa en julio de 2017, quien lo vendió el 25 de octubre de ese mismo año, por 650 mil dólares.

Era un apartamento adquirido el 9 de mayo de 2014, por 490 mil dólares. En junio de ese año, en medio de la operación Lava Jato, Marcelo Odebrecht, el presidente de la constructora Brasilera fue capturado e investigado por los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir.

Pero fue en diciembre de 2016, justo en los albores de la adquisición del apartamento de Torre Agua, cuando Luiz Bueno, ejecutivo de Odebrecht, lo tiró al agua en una declaración a las autoridades brasileras. Esto fue parte de lo que dijo:

—En cuanto a los socios, solamente José Elías Melo tenía conocimiento de las reuniones que mantuve con Gabriel Ignacio García, así como de los asuntos que tratábamos. No compartí tales reuniones con Carlos Solarte, incluso porque la participación de CSS Constructores era irrelevante en el Consórcio, de 4.99%.

Al exviceministro García Morales, condenado a cinco años de prisión, le pagaron 6,5 millones de dólares a través de la cuenta Lurion Trading Inc, con sede en el paraíso fiscal de Andorra, un pequeño país al sureste de Europa. La declaración de Luiz Bueno incluye las pruebas, además del relato de cómo se hizo. Los pagos del soborno que le permitió al consorcio Ruta del Sol Tramo II quedarse con la licitación se realizaron entre mayo y septiembre de 2010.

Melo Acosta fue condenado el 29 de abril de 2019 por celebración indebida de contratos y cohecho a pagar 11 años de prisión, junto con una multa de 144 salarios mínimos de ese año, es decir casi $120 millones. Una cifra pírrica del valor de sus bienes ocultos y vendidos, conseguidos en pleno periplo de sobornos de Odebrecht en Colombia, fungiendo como presidente de la empresa Corficolombiana, filial del Grupo Aval, que corrompió a funcionarios públicos.

A raíz del fallo de la Securities and Exchange Commission (SEC), agencia que regula e investiga a las compañías que cotizan en la bolsa de valores ese país, y del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ), en el que multaron a Corficolombiana por 80 millones de dólares, Melo Acosta salió en entrevista a negarlo todo: “En el comunicado que emití digo claramente que no he participado, aprobado o facilitado el ocultamiento de sobornos por parte de Odebrecht. Nunca he tenido conocimiento de esos sobornos. Esas afirmaciones son totalmente falsas y las rechazo. Así como rechazo el acuerdo al que han llegado el Grupo Aval y Corficolombiana con las autoridades norteamericanas”, dijo a la revista Cambio.

Investigación: Ilse Milena Cárdenas / Fact-checking: Sergio Retavisca / Edición: Diana Salinas y Camilo Vallejo Giraldo / Edición legal: Camilo Vallejo Giraldo /Edición de audiencias: Laurasofía Polanco y Natalia Gómez Quesada /Montaje: Paola Téllez.