(11/05/2021)
Por: Juan José Jaramillo
“Nueve meses de embarazo y una vida entera criando un hijo, amándolo, ¿para que venga el estado y lo asesine?”. Miles de mujeres en Bogotá salieron a caminar para dejarle claro al gobierno de Iván Duque que ellas no parieron hijos para la guerra.
Un día antes del día de las madres y bajo la lluvia miles de mujeres salieron a recordar a las hijas e hijos desaparecidos o asesinados por el Estado en Colombia. Este fue el día once de protestas que comenzaron el 28 de abril y que se convirtió en uno de los paros nacionales más convulsionados de la historia reciente y también uno de los más sangrientos. Hasta el 8 de mayo se han reportado más de 12 casos de violencia sexual, presuntamente cometidos por la Policía Nacional, 39 manifestantes que habrían sido asesinados por la fuerza pública y 963 detenciones arbitrarias según reporte de la organización Temblores.
Por la memoria de los que no están y la vida de los que quedan, estas madres salieron a protestar.
A la cabeza de la marcha siempre estuvieron las Madres de Soacha, quienes llevan 15 años clamando justicia por sus hijos asesinados por el Ejército de Colombia para presentarlos como bajas en combate.

Foto: Juan José Jaramillo.
La manifestación fue familiar: madres y padres con sus hijas e hijos, de la mano, cantando, bailando. Todes apostando por una protesta en paz.

Foto: Juan José Jaramillo.
Miles de personas salieron de la Plaza de la Hoja, en la carrera 30 con calle 19, para dar una vuelta frente a los juzgados de Paloquemao y volver al punto de origen para culminar la jornada con un concierto.

Foto: Juan José Jaramillo.

Foto: Juan José Jaramillo.

Foto: Juan José Jaramillo.
Los mensajes se transmitieron de todas las maneras posibles. Cantos, arengas, consignas retumban mientras las asistentes cargan carteles artesanales, mensajes impresos en plotters y muchas banderas o telas tejidas. El arte hecho mensaje.

Foto: Juan José Jaramillo.
Presente y futuro, adultas y niñas todas clamando por un país sin violencia.

Foto: Juan José Jaramillo.
La calle, la protesta, es un espacio democrático. Realmente. Mujeres ricas y pobres, adultas, con o sin discapacidad, jóvenes artistas, abogadas, empresarias, caminando cabe todo el mundo. Priman la vida y el respeto. La solidaridad. Y en esta marcha, la sororidad.

Foto: Juan José Jaramillo.

Foto: Juan José Jaramillo.
En el aire había una sensación de dolor frente a la violencia y de indignación ante la impunidad. ¿Cuántos militares y políticos han sido condenados por los 6.402 casos de falsos positivos? ¿Cuántos policías han pagado penas por los asesinatos de manifestantes que se vuelven más comunes cada día? La justicia es una forma de reparación para la víctima de la cual carecen miles de madres en Colombia.
Este sábado 8 de mayo en la ventana de los juzgados de Paloquemao quedó un recordatorio de la inevitabilidad de una nueva era feminista.

Foto: Juan José Jaramillo.
Impresiona como protestar contra el dolor, contra la violencia, contra el abuso, parece ser un acto de catarsis. Mujeres que han vivido lo inenarrable caminan con la cabeza en alto, llenas de energía, agrupadas para enseñar lo aprendido. Se unen para evitar que Colombia siga bañada en sangre.
Ellas son girasoles de esperanza.
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